Petunias en mi barrio


Petunias en mi barrio
    Al llegar del  trabajo, más allá del mediodía descubrí que en la jardinera que da a la ventana de mi dormitorio habían plantado petunias rosas. Me quedé hipnotizada por la explosión de flores en mi fachada.  Miré alrededor: algunas jardineras tenían geranios antiguos, margaritas, incluso rosas lo más cuidadosos…  Pero mi jardinera había [...]

 

 

Al llegar del  trabajo, más allá del mediodía descubrí que en la jardinera que da a la ventana de mi dormitorio habían plantado petunias rosas. Me quedé hipnotizada por la explosión de flores en mi fachada.  Miré alrededor: algunas jardineras tenían geranios antiguos, margaritas, incluso rosas lo más cuidadosos…  Pero mi jardinera había estado hecha un erial desde que empezaron las obras hace más de un año. Antes mal vivieron  unas violetas africanas que planté con mimo.

Había fantaseado con la idea de  cultivar maria, no para el consumo, sino como trasgresión de adornos vegetales en mi  barrio. Claro que conociendo el patio, probablemente acabarían llevándose esquejes, cogollos  y hojas. O con tanto polvo y tanto ruido acabarían secándose o aburriéndose.

Pero allí plantada, con un junio caluroso de las tres de la tarde miraba feliz a las petunias. Pensé que  Juan,  nuestro presidente, me estaba haciendo un regalo, quizás decirme algo a través del lenguaje de las flores:  Temo pero espero”… En ese instante le perdoné el asesinato de las margaritas silvestres, que sepultaron bajo mosaicos de pizarra, perdoné la falta de árboles en los parterres del llano, perdoné aquel magnolio que talaron. Perdoné la mala infraestructura del trasporte público. Le perdoné las eternas obras que cubren mi casa de polvo, le perdoné hasta que fuera del Partido Popular.

Estaba allí con un  microjardín de petunias para mí, desafiando al sol y ofreciéndose hermosas.

Después, me dejé llevar por la magia de las hogueras y las olas, nuevamente la noche de San Juan, allí conjuramos a la luna, realizamos rituales nos bañamos en el mediterráneo que se ofrecía cálido y con cuarto creciente…

Jugamos a crear hechizos.

Al volver las petunias me saludaban con un rosa feroz pero lleno de vida.

 

 



Posted originally: 2010-06-24 22:50:27

Leer original

Petunias en mi barrio


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad