Preguntas y cobertura


Preguntas y cobertura
Durante este pequeño puente primaveral, entre bodas reales y beatificaciones papales, la Internet hispánica ha generado uno de sus característicos hashtags que tienen tanto auge como poco recorrido: #sinpreguntasnocobertura . En muchos blogs, especialmente de periodistas, se han unido a esta queja 2.0, una queja que no tiene capacidad de materialización en una medida concreta [...]

Durante este pequeño puente primaveral, entre bodas reales y beatificaciones papales, la Internet hispánica ha generado uno de sus característicos hashtags que tienen tanto auge como poco recorrido: #sinpreguntasnocobertura .

En muchos blogs, especialmente de periodistas, se han unido a esta queja 2.0, una queja que no tiene capacidad de materialización en una medida concreta toda vez que los redactores-jefes y editores de los medios mantienen otra línea. En el fondo las ruedas de prensa sin preguntas es una magnífico ejemplo de aquello de que ‘entre todos la mataron y ella sola se murió’.

Hay medios que no le importa el contenido que llevan, sino cumplir el expediente y así tener la excusa para colocar la publicidad, que es lo realmente importante. Por ello les encanta las notas de prensa largas (que se pueden copipastear con generosidad), las declaraciones enlatadas mandadas por correo electrónico e incluso los cortes de televisión transmitidos por el mismo medio o a través de un enlace de la ‘sala de prensa 2.0’ de la formación política o gobierno en cuestión.

Las plantillas en los medios están cada vez más esquilmadas, en número y en especialización. En muchos medios uno tiene que ser capaz de dar las noticias de fútbol, comentar la jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre ilegalización de partidos políticos y, de camino, saber si los comandos estadounidenses tenían más o menos opciones en la operación donde Bin Laden ha resultado muerto.

Hay muchas ruedas de prensa, especialmente en niveles regionales y locales, en las que sí se permiten preguntas y que se saldan sin éstas. Los periodistas, sabedores que preguntar sirve de poco, porque a su medio no le interesa, porque ya tiene cubierta la pieza o porque el político se irá por las ramas y contrapreguntar queda fatal.

A esto se une un gran grupo de políticos que sienten pavor a las preguntas, que se sienten inseguros (algunos con motivos penales) y que, conocedores de la dinámica de los medios, saben que los responsables de estos publicarán lo que ellos quieren sin necesidad de someterse a pregunta alguna, por inocente y bienintencionada que ésta sea.

Los medios no deberían cubrir ruedas de prensa sin preguntas, pero tampoco deberían limitarse a copipastear, con mayor o menos disimulo, las notas de prensa sin hablar con quien la emite y con otras fuentes, como tampoco hacer entrevistas pactadas, tertulias desequilibradas

Una periodista de Telecinco, rizando el rizo, justifica la cobertura genérica en la hipotética trascendencia de lo que se quiera comunicar. En primer lugar es un tipo de argumentación bastante triste ya que de una hipótesis concreta poco probable extrae una consecuencia de general aplicación. Que a ella o a su medio les importe un pepino ser meros altavoces de unos políticos de medio pelo es respetable ya que ellos lo que van es a ganar dinero y lo hacen no precisamente con sus informativos. En segundo lugar siempre hay formas de enterarse de la relevancia de lo que se va a decir e incluso los propios políticos (o sus asesores de prensa) adelantan los contenidos para provocar expectación, cosa que harían por pura necesidad si los medios no acostumbrasen a ir a sus monólogos.

Son los medios los responsables últimos de que los políticos hagan lo que quieran.


Filed under: Celtiberia, Ciencias Políticas, Comunicación, Comunicación Política, Ingeniería Informativa, Periodismo, Política, Sociedad
Posted originally: 2011-05-03 20:12:39

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