El régimen sirio parece encallado en la duda. No deja de prometer reformas y libertades, pero dispara a quienes las piden. Ayer volvió a anunciarse que el presidente Bachar el Asad estaba a punto de pronunciar un discurso en el que aboliría el estado de excepción vigente desde 1963. Eso no cambió la situación en Deraa, donde los manifestantes volvieron a salir a la calle y volvieron a ser reprimidos con disparos y gases lacrimógenos. Desde el inicio de la revuelta, hace 10 días, han muerto al menos 61 personas.