Punto muerto en Egipto


Punto muerto en Egipto
La duración de la revuelta egipcia está llevando a un punto de cansancio en las partes. Los policías y otras fuerzas del orden se encuentran agotadas por los enfrentamientos y cada día tienen menos capacidad, mientras que los manifestantes está llegando a un punto muerto después de no haber conseguido articular una táctica que les [...]

La duración de la revuelta egipcia está llevando a un punto de cansancio en las partes. Los policías y otras fuerzas del orden se encuentran agotadas por los enfrentamientos y cada día tienen menos capacidad, mientras que los manifestantes está llegando a un punto muerto después de no haber conseguido articular una táctica que les lleve a su objetivo, que no es otro que echar a Hosni Mubarak de la Presidencia del país.

Si a esto se une la incapacidad de los manifestantes de recurrir a los medios que tenían antes para comunicarse y organizarse (Internet y los teléfonos móviles) es de prever que la intensidad tanto de las protestas como de las reformas baje sustancialmente en los próximos días.

Dos declaraciones han animado y han mantenido a los manifestantes en las calles, pero ninguna de ellas les da ‘per se’ la victoria. La primera fue la exigencia de la Secretaria de Estado de los EEUU de que no se empleara la violencia contra los que protestaban en las calles y se saltaban el toque de queda. Marcaba los límites a la gestión de la crisis por parte de Mubarak, límites que no podía transgredir si quería mantener las buenas relaciones con el gobierno estadounidense.

La segunda es casi una consecuencia de la primera. El ejército egipcio ha anunciado que no disparará contra los manifestantes (comunida íntegro en castellano). De esto ya hablamos el otro día, ya que proviniendo los soldados del ser vicio obligatorio y llevando días juntos a los manifestantes, cada vez se hacía más difícil que una orden de empleo de las armas contra la población fuera cumplida y no generara una ruptura tanto de la cadena de mando dentro del ejército como del propio ejército.

¿Quiere esto decir que todo va a seguir exactamente igual? Parece que el nuevo Vicepresidente no va a actuar como hombre de paja y se está configurando como el principal negociador del régimen con la oposición más o menos instituida, ya que los manifestantes no tienen, por ahora, ninguna cabeza visible por más que Al Baradei intente serlo. Una oposición que puede hacer concesiones y cambio de concesiones sin demandar hacer una ‘tabula rasa’ con el régimen.

Los estados occidentales querrían que el cambio fuese controlado y con un resultado más o menos cierto. No quieren entusiasmarse con una revuelta que termine con la instauración de un régimen religioso, pero igualmente creen que el ‘mal menor’ que son estas dictaduras árabes es un modelo agotado, sin demasiado sentido y que puede ocasionar, en un tiempo más cercano que lejano, problemas mayores que una ‘transición a la española’.


Filed under: Ciencias Políticas, Diseño de Jugadas, Egipto, Mundo Árabe, Política, Política Internacional
Posted originally: 2011-02-01 17:17:19

Leer original

Punto muerto en Egipto


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad