Al mundo del libro le pasa lo que decía Galileo: lo digital está por estallar, sí, pero moverse, se mueve. La prueba ha sido la inauguración oficial de la
Feria de Fráncfort. Por vez primera en su historia, el mayor evento del sector lleva un lema bajo su logotipo. Y nada baladí:
Repensar. Renovar. Y tampoco se recuerda que un representante de una marca comercial tan ajena al sector interviniera en la presentación mundial a los medios al lado del director de la feria, Juergen Boos, y del presidente de los libreros y editores alemanes, Gottfried Honnefelder, honor hasta ahora reservado casi siempre a escritores, tan dispares como Cornelia Funke o Paulo Coelho.