-Para situarnos, ¿qué diferencia al chaquetero del converso?
-Que el converso odia y desprecia lo que ha dejado con todas sus fuerzas y su fervor es tan grande por su nueva situación que le deslumbra, como le ocurrió al padre Llanos, que pasó de falangista a comunista; o a Alfonso Sastre, que pasó de escribir en la prensa de Falange a hacerlo en «Gara».
-¿Y qué distingue ver la luz y caerse del caballo, como San Pablo, de la traición?
-Vieron la luz intelectuales que están en la memoria de todos como Laín, Ridruejo -con riesgo de su vida-, Torrente Ballester, el propio Aranguren o Ruiz Giméne...