Semana de Pasión


Semana de Pasión
  Cuando era una niña la Semana Santa me daba miedo. El primer recuerdo que tengo de una procesión es andar en los brazos de mi madre, mientras unos encapuchados me hablaban y querían cogerme (los penitentes amigos de mi hermano). Recuerdo el terror y el llanto, un miedo terrible me aferraba al cuello de mi madre. [...]

 

Cuando era una niña la Semana Santa me daba miedo.

El primer recuerdo que tengo de una procesión es andar en los brazos de mi madre, mientras unos encapuchados me hablaban y querían cogerme (los penitentes amigos de mi hermano). Recuerdo el terror y el llanto, un miedo terrible me aferraba al cuello de mi madre. Tendría tres o cuatro años… mi madre lo recuerda “ay que disgusto se llevó la niña cuando Agus  y Santi quisieron  cogerla…”

Pasaba por la Semana de Pasión de puntillas, esperando que terminara pronto.

No me gustaban las imágenes llenas de sangre y dolor, me daba pena Jesús, pena de María y miedo de esos hombres que llevaban faldas. En la tele sólo ponían películas de santos y santas  donde todos sufrían muchísimo y el único consuelo era que en la otra vida serían felices. Sólo había una cadena y en esos días no ponían anuncios. Con tanto cura, monja y hombres santos, sin olvidar a los leones que se comían a los cristianos,  los grilletes y demás torturas yo me pasaba las noches con pesadillas horribles y pensando que no sería jamás una buena católica porque no me apetecía sufrir y me horrorizaba el dolor físico.

En casa no se respetaba la Cuaresma, más por desconocimiento que por trasgresión,  pero el Jueves y el Viernes Santo se comía bacalao (en amarrillo, en tomate, frito, en tortitas)  potaje de chocos y arroz con leche.

A medida que fui creciendo la Semana Santa fue  cambiando, adaptándonos las dos a los tiempos, a las circunstancias a los momentos vitales. ..Un día sentí, lo sabía pero hasta entonces no llegué  a entenderlo,  que era la herencia del Pueblo Romano que nos dejaba en la primavera. Así que me limité a disfrutarla.

Es el principio, la primavera anuncia siempre el principio de la vida.

He vivido la Semana Mayor de distintas maneras: de adolescente haciendo  ejercicios espirituales, a medida que crecía de playas, torrijas, descanso, escapadas románticas a lugares donde jamás se  oyera un redoble… de pintar la casa, de cambiar armarios, de lecturas olvidadas… Desde hace tiempo tengo una pasión y es acompañar al Medinaceli en su traslado. No deja de emocionarme la tarde, la luna, el paso del Nazareno por la Mezquita que en su alminar cobija nidos de cigüeñas, todo es mágico y sé que la Primavera en Ceuta  estalla tras su paso.

Pero esta semana me ha tocado pillar un resfriado que junto con la alergia me ha tenido en casa haciendo arroz con leche, arroz con bacalao y viendo pelis antiguas de Woody Allen.

Una Semana de Pasión como otra cualquiera.



Posted originally: 2010-04-03 23:57:58

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