Supongo que ando triste, porque siempre que la melancolía me roza me da por ponerme canciones que me alegren el alma. Algo muy común en todos los mortales,

Y como ando triste pues nada mejor que Sabina, que me guiña siempre desde el otro lado, como si fuera el conejo blanco que persigue Alicia en el relato de Carroll, para precipitarse a un vacio lleno de sensaciones, aventuras y gatos. Y reinas malas. Y mentirosos que cambian las rosas de color con pinturas, sólo por miedo.

Entre canción y canción, he recorrido treinta años. Con caminos de ida y vuelta, con recuerdos de amores, dolores, alegrías y reafirmándome en mis ideas de entonces y de ahora:  “Con noches perdidas, en el templo del morbo, buscando el pan y la alegría, viviendo en la calle melancolía, con whisqui sin soda, tirando la casa por la ventana, pisando  cristales de bohemia, deseando haber sido el Dioni, la mujer de la barra del bar de aquel pueblo con mar, la de medias negras y falda azul, la que fueran a buscar a la oficina con su caballo de cartón y sobretodo la que no borda pañuelos.”

Y como siempre me he sentido “un pez en la ciudad, una exploradora en el bar de mis amores y que  aún se partirme la boca.”

Va por ustedes:

A mi hermano, por sus ganas de vivir y porque le gustó esta canción hace muchos años.

A mi hijo, para que nunca jamás pierda las llaves del cielo

A Verónica Rivera por su valentía para que siga cabalgando

A los que día a día vienen a la ong que me hacen feliz con su alegría a pesar de todo

http://www.youtube.com/watch?v=GJL8XUreAF0

A mi psoe de Ceuta que me tiene llenita de rosas y vinagres

http://www.youtube.com/watch?v=CqMJe9tDnWE

Y por último a mi, que al fin y al cabo es la canción que me define, si le quitamos el género y la dejamos neutra.

Y para todos los que me leeis, que algún punto de loco tenéis una de las canciones más tiernas que he conocido:

Gracias por abrigarme el corazón.