Ya empezamos. Estaba claro que de soledad la justa. Dos días ha tardado mi amante esposo en llamarme para que le hiciera un encargo que él se niega a hacer. Qué gracioso. A mí me produce un trastorno de ansiedad sólo de pensarlo. Tengo que llamar a la compañía telefónica en la que sin duda colaboran mis hijos a que las acciones suban día a día. ¿El objetivo? Cambiarles el contrato para evitar la ruina. Así, como si nada. Pues o me cojo el día y me tomo un lexatin o no sé cómo lo hago. Se me abren las carnes. Llamo, claro, y por primera vez en mi vida sueño con oír la irritante frase de «nuestr...
Posted originally: 2011-07-20 06:50:14