Las compensaciones de la Unión Europea por la crisis de la
E. coli salen adelante sin el apoyo de España, que las considera insuficientes. La Comisión Europea indemnizará a los agricultores damnificados con 210 millones de euros, que cubrirán la mitad de las pérdidas sufridas, según lo acordado ayer en Bruselas por los representantes de los Gobiernos comunitarios y la propia Comisión. El resultado fue fruto de una votación en la que España se pronunció en contra por considerar insatisfactoria la relación de cinco productos acreedores de indemnización y las propias cantidades puestas en juego. Las compensaciones que finalmente serán liberadas se conocerán a partir del 22 de julio, cuando Bruselas haya contabilizado las reclamaciones.