La vida de María Dolores García cambió para siempre el 27 de marzo de 2023, cuando un perro de raza considerada potencialmente peligrosa, un dogo argentino, se abalanzó sobre su hijo. Ella puso el brazo en medio y se lo destrozó. Ahora arrastra importantes problemas en la extremidad. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Ceuta ha dictado auto de apertura de juicio oral, pidiendo la acusación tres y cuatro años de cárcel por dos delitos de lesiones para el dueño del perro (B.A.M.), al que costó identificar siete meses, después de huir del lugar. La afectada se muestra enfadada por la decisión de dejarle en libertad provisional y no alejarle del animal.

El abogado de la víctima del ataque solicita -según el auto al que ha tenido acceso ceutaldia.com- una indemnización de 65.063,58 euros, un delito de lesiones por imprudencia grave del artículo 152.1.2º del Código Penal -interesando la pena de tres años de prisión- y subsidiariamente un delito de lesiones por imprudencia grave del artículo 152.1.3º del Código Penal, con una pena aparejada de cuatro años de cárcel.

El juez ha dado luz verde al señalamiento de vista oral y ha ordenado al acusado el depósito de una fianza de 86.751,44 euros, que cubran las responsabilidades pecunarias que puedan derivarse de la sentencia final.

Eso sí, B.A.M. ha quedado de momento en libertad y sin ninguna otra medida cautelar, que, por ejemplo, evite que continúe teniendo al animal, algo que preocupa y disgusta a la víctima.

Una madrugada que no olvidará

García paseaba con su marido y su hijo por Huerta Téllez a las dos de la madrugada el 27 de marzo de 2023, aprovechando el ambiente en la calle que había a esas horas siendo Ramadán y las vacaciones del pequeño, que tenía diez años de aquella.

De repente escuchó como que algo se aproximaba "por la espalda". Era un perro de gran tamaño que iba suelto. "Se iba a abalanzar sobre el niño y mi mujer puso el brazo, entonces lo agarró entre sus fauces tirándola al suelo y zarandeándola", cuenta su esposo.

La sangre tiño rápidamente la acera y García no dejaba de chillar. "Me lancé a por el perro, tratando de quitárselo pero era imposible". "Una pesadilla", recuerda el hombre, en una acción que fue "muy rápida"

El ataque concluyó el dueño, que llevaba pantalones oscuros y sudadera gris, apareció en el lugar y llamó la atención de su perro: "Cuando vio la que había armado, con la sangre y mi mujer en el suelo, rápidamente huyó y no pudimos alcanzarle".

Secuelas permanentes

La mujer ha sido sometida a varias operaciones en su brazo, donde se ven cicatrices de tamaño y profundidad importante.

Cuenta su entorno que apenas puede usar el brazo y, desde luego, "no puede hacer ningún esfuerzo con él". De hecho, el forense llegó a darle "38 puntos de secuela" y el dolor es "permanente".