No se puede consentir a estas alturas que todo un vicepresidente de Gobierno autonómico utilice expresiones como “hacer el wifi”. Pero no se puede consentir por parte de la ciudadanía y por parte de sus representantes en la oposición. Nadie dijo nada. Para Gordillo la cuestión parece sencilla: “No podemos hacer el wifi porque lo prohibe la ley”.

En fin, pues el Gobierno no hará wifi libre para la ciudadanía en espacios públicos, algo que pasa en cualquier parte del país y del mundo a estas alturas, en Ceuta no pasará hasta que algún buen benefactor ponga el nombre de su empresa en la factura y el Gobierno le dé el dinero por debajo de la mesa. Dinero grasiento casi con total seguridad.

Pero más grave aún es que Gordillo diga que sí que hay wifi en la biblioteca y aluda a “dos puestos” con conexión que llevan ahí “5 AÑOS”, enfatizó. Señor Gordillo, dos puestos con conexión a Internet no es lo mismo que wifi libre que permita que cualquier con su portátil pueda conectarse a Internet en la Biblioteca sin pagar por ello.

Aclarado esto, queda decir que Inmaculada Ramírez, que defendía la propuesta ni rechistó. Perdió su tren. Como lo pierden los grupos de la oposición casi siempre.

Puestos a presentar mociones absurdas (no lo digo por las mejoras en las barriadas) yo pido que se lleve a Pleno la sustitución de grapas por clips en todos los documentos y expedientes políticos y no políticos de la Administración. Hace más fácil reutilizar el papel.

Esa moción sería más interesante que algunas de las que presentan a veces los grupos de la oposición. Ceuta tiene cuestiones más urgentes. El Gobierno no las aborda y la oposición tampoco. Vivimos en una parálisis de iniciativas por parte de quienes nos Gobiernan. Se dedican a la caza y el pastoreo bucólico.

¿Debate? Desapareció con Carreira y Palomo. Lo único que queda son tediosas intervenciones técnicas para maquillar la incompetencia. Si todo lo hacen los técnicos que gobiernen ellos. Todo sería más barato. Bastaría para las ideas con hacer el wifi libre para toda Ceuta y que los ciudadanos propongan sus ideas y las voten en Internet, después que los técnicos las pongan en marcha con sus informes y su todo.

Visto el nivel, no es de extrañar que el Gobierno tema la entrada del combativo PSPC en cualquier aledaño de la administración con acceso a expedientes. Y no es de extrañar que Alí, al que sólo le faltan ánimos, ganas y fe, busque ayuda y moral en una formación que ha hecho de la lucha y el desierto su ‘modus vivendi’. El desaliento no lo conocen los hombres y mujeres del PSPC y eso en política y más cuando se pelea contra 19 es importante.

El PP lo sabe, de ahí que se abstuvieran y tuvieran ganas de vetar su entrada en los consejos de Administración. ‘Ladran Sancho, señal que cabalgamos’, decían en el Quijote. Aquí no sólo ladran, se han puesto de acuerdo en atacar al paco de Alí con el PSPC partidos tan distantes en intereses e ideologías como Izquierda Unida, PP y PSOE. Se han puesto de acuerdo personas tan irreconciliables como Carmen Echarri y Manolo de la Torre. ¿Habrá llamadas del Gobierno detrás? Yo creo que no, me habrían llamado a mí también, ¿no?

La otra lectura es que tantas personas no pueden estar equivocadas, lo que nos dejaría dos reflexiones. La primera es que habría que replantearse la monogamia ¿cuántos musulmanes hay en el mundo? La otra, más seria es que el PSPC debe ser algo así como la bicha del GIL, al que nadie votó, al que nadie quiso ni quiere, pero que llegó a Gobernar casi con mayoría absoluta y aún pervive en el Gobierno del PP, personificado en algunas personas con responsabilidad.

Todo esto da que pensar, ¿verdad?