En primer lugar con respecto al “coste” por día y paciente ingresado (que fijan en 3200 euros) nos parece un cálculo tendencioso, incompleto y malintencionado. El concepto más correcto es el de inversión en salud, no de coste. Además es una cifra parcial que no representa adecuadamente la inversión en sanidad. Una cifra mas objetiva no toma solamente el gasto por día de enfermo ingresado sino el de la atención sanitaria integral de toda la población, usando ese criterio vemos que la atención a cada ceutí supone poco mas de 1000 euros anuales, esto nos pone a la cola si nos comparamos con el resto de las autonomías, las que mas inversión hacen en salud nos superan en un 50%. Este uso de terminología errónea y publicidad de gastos de forma torticera suelen disimular una postura contraria a la sanidad publica. Además puestos a calcular cifras habría que tener en cuenta la riqueza que crea una población con un buen nivel de salud, de tal manera que el uso de estas cifras no solo es ladino sino además completamente erróneo.

El coste por paciente es un dato engañoso, porque no tiene en cuenta el beneficio económico de una sociedad bien atendida además el criterio debe ser un estudio comparativo con otras comunidades y no en coste bruto ya que eso sí que nos puede indicar la eficacia en la gestión. Por todo esto nuestra sanidad no debe ser calificada como “cara” sino al contrario. ¿Porque no se hace hincapié en que a pesar de invertir relativamente poco tenemos una de las sanidades mas eficaces del mundo? ¿Por qué no resaltar que ciudadanos de otros países de nuestro entorno acuden al nuestro para beneficiarse de nuestro excelente sistema de salud?. Hoy en día, España no estará en la Champions league económica, tiene una de las peores cifras de paro de el mundo civilizado, nuestra tasa de crecimiento es negativa, sin embargo podemos sentirnos satisfechos de contar con uno de los mejores sistemas sanitarios. La corrupción y el sistema bancario es lo que ha tenido un coste alto, no nuestra sanidad.

En segundo lugar el señor delegado hizo una especie de balance de la situación de la sanidad en nuestra ciudad. A este respecto queremos puntualizar lo siguiente. Es cierto que contamos con excelentes facultativos pero su llegada esta motivada por la situación de crisis económica en que nos encontramos no porque las condiciones laborales que les ofrezca Ceuta sean mejores. Si bien hemos avanzado en el numero de facultativos (lo cual supone una mejora evidente) no es menos cierto que el resto de categorías están perdiendo efectivos de manera alarmante, el contrato de gestión para este año no contempla nuevas acciones, prácticamente no se están realizando contrataciones para sustituir las vacaciones y no se están cubriendo las plazas que van quedando vacantes por jubilaciones o fallecimiento u otras causas.

Que pregunten si no a los cargos intermedios que tienen que hacer malabarismos con los cuadrantes para mantener la atención cubierta. La prueba de la progresiva disminución del número de trabajadores es que obliga a la misma empresa a abusar de determinados contratos. El uso del contrato por necesidad de servicio debe ser puntual y extraordinario, si es necesario que se mantenga en el tiempo debe contemplarse la dotación de esa plaza, no es correcto que haya servicios completos en el hospital que en vez de ser dotados de personal de manera permanente y definitiva se parcheen temporalmente con esta tipología contractual que además es claramente injusta para el resto del personal temporal al subvertir a veces el orden de la bolsa de trabajo.

Afirma el señor delegado que habla con profesionales, que no esta encerrado en el despacho, y que no son tantas las discrepancias. Desde CCOO lo invitamos a contar con nuestra descripción de la sanidad ceutí como representantes legítimos de los trabajadores. Afirma también que en poco tiempo se acabarán los conflictos con los sindicatos, posiblemente esté en lo cierto, si siguen limitando los recursos de los representantes de los trabajadores o desde el gobierno se sigue deteriorando el marco legal que rige las relaciones laborales se acaben los conflictos sindicales pero en ningún caso porque se hayan acabado los problemas. Desde luego las cartas al director en medios de comunicación (a las que hace referencia el señor delegado) no nos parece el método más adecuado para medir la evolución de la satisfacción de la sociedad con la atención sanitaria. Coincidimos con el señor delegado en que la atención al usuario es el objetivo primordial, de hecho a ello se dedican diariamente los trabajadores del INGESA, y lo hacen a pesar de la sobrecarga laboral, la disminución de efectivos, la reducción salarial y la disminución de días libres.

Podemos entender que la coyuntura económica obligue a determinadas medidas pero es mas difícil entender que nuestro gerente use informes económicos falsos para argumentar la denegación de las horas de feria. La sensación generalizada es que el señor gerente es consciente de su paso temporal por esta ciudad y pone todo su interés en su futuro en la capital del reino. También nos cuesta entender que hayan mostrado nula intención negociadora desde su llegada, o que se este planteando una modificación horaria importante en atención primaria sin contar con la opinión de los trabajadores y usuarios. Por ultimo recordar que los actuales directivos del INGESA mantienen desde hace meses desmantelada la estructura directiva de atención primaria confiando en que esta funcione por pura inercia. Ésta no nos parece la situación óptima para mantener una atención idónea a los usuarios.