Yo quería saber si es verdad lo que se comenta a nivel local sobre la problemática de los cursos que lleva a cabo en esas dependencias el señor Torrado, al que se le culpa de que nuestra ciudad no haya generado puestos de trabajo en razón al inmenso capital que este señor ha manejado a su libre albedrío, y se hayan ido al garete , y que supuestamente sólo se hayan beneficiado y enriquecido de ello sus amigos más íntimos, pues muchas veces corren bulos entre la ciudadanía que pudieran no ser ciertos.
Después de la entrevista mantenida con el personal de este negociado, me di cuenta de que ellas parecían aterradas y todo lo hacían depender de la voluntad de don Carlos, pues a pesar que se nos dijo que toda la revisión de documentos estaba prácticamente lista y por fin aceptada, todo dependía del señor Torrado a su antojo, diese el visto bueno a su trabajo. Estos documentos, todo hay que decirlo, llevan desde el mes de junio en el “baúl de los recuerdos”, y van saliendo adelante al criterio de este señor, que va “mareando la perdiz”, sin autorizar a la resolución final del expediente. Un curso que el joven empresario consiguió directamente de Madrid, no de la adjudicación por parte de don Carlos, que concede a su parecer, al más alto estilo caciquil, en una ciudad que podría brillar y sobresalir como una ciudad emergente, por las altas cualidades profesionales que se dan en el mundo empresarial. Sin embargo, me recuerda con tristeza al estilo de la camorra siciliana, por establecer alguna forma de comparación incomprensible.
No me explico por qué no se encuentran los mejores gestores en los puestos de responsabilidad, cuando precisamente se debería cumplir el lema del señor Rajoy: apoyo incondicional e infatigable a las PYMES, que mueven la economía de un país, y que pagan los salarios del funcionariado, y en este caso concreto, también el del señor Torrado junto con el suculento plus de productividad que le acompaña.
Desde mi propio punto de vista, estos actos de poner reiteradas zancadillas a estos jóvenes PYMES, jóvenes inteligentes, con capacidad de creación de empleo, arriesgando su capital y futuro empresarial, y que deberían ser muy reconocidos si hubiera nobleza de espíritu, es de muy mala fe, una actitud desafiante, por el simple hecho que no sea de su agrado. Con ello se carga y arruina el porvenir de muchas familias que dependen de estos empresarios valientes, audaces, arriesgados, luchando contra las tempestades y los grandes gigantes impositivos. Sin embargo, no importa arruinar y enterrar a las PYMES que no forman parte de su red de influencias. El dinero no es suyo, el curso no lo ha concedido él, este joven ha hecho todos sus deberes, entonces, ¿por qué prolonga como él muy bien sabe, esta larga agonía, este desgaste? Precisamente cuando los mayores tendríamos que estar siempre dispuestos para ayudar con todas nuestras fuerzas a los que en breve nos sucederán y deberán tener aprendida nuestra lección de nobleza y espíritu de colaboración y ayuda.
Por favor, quienes tengan la responsabilidad de parar atrocidades, que no las permitan, porque este camino no nos lleva a ninguna parte. Así estamos en un callejón sin salida. No llevemos a nuestros jóvenes a la desesperación y en muchos casos, al suicidio, como los cuatrocientos empresarios que se han suicidado en Grecia, llevados por la falta de protección y ayuda política.