El milagro se produjo y Sandra Bullock apareció en el teatro de Hollywood donde se han celebrado los Razzies -los
antioscars- a recoger el premio a peor actriz del año. Con una carreta llena de DVD de
Alocada obsesión, la película que le ha dado tamaño galardón, Bullock se defendió: "Vedla, vedla con vuestros propios ojos y decidid si merezco este premio. Me daréis la razón y el año que viene volveré a devolverlo". Los Razzies, los antioscars que se entregan anualmente por parte de un puñado de cinéfilos desde hace 30 años, no sólo entregaban sus premios habituales, sino que también dieron caña a lo peor de la década. Pero dio igual: el triunfo de la noche fue para Bullock, que dio muestras de un gran sentido del humor y de un aguante a prueba de bombas. En un fin de semana que puede ser el que la corone reina de Hollywood -si se lleva el Oscar-, Bullock logró poner el teatro en pie con su presencia y su discurso. Si obtiene el premio serio, sería la primera persona en la historia en ganar el mismo año el Razzie y el Oscar.
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