Madrid-El mes de octubre más caluroso de los últimos 30 años ha alargado la «temporada alta» de las mafias de la inmigración, que sólo en la jornada de ayer lograron trasladar hasta nuestras costas a al menos 93 irregulares a bordo de seis pateras. La mitad fueron interceptados en Andalucía en dos operaciones. La primera, a 30 millas al sur de Motril (Granada), donde la Guardia Civil y Salvamento Marítimo abordaron una embarcación con 40 irregulares. La segunda, en el cabo de Gata (Almería), donde interceptaron a once argelinos.
Las autoridades costeras también tuvieron trabajo en Murcia, donde localizaron dos embarcaciones, con 14 personas cada una. En la Comunidad Valenciana, dos cayucos con 14 personas llegaron a la provincia de Alicante.
A estas cifras hay que sumar los 26 irregulares que desembarcaron en Almería el viernes, los 14 que lo hicieron en Cartagena el jueves y los 22 que llegaron a Mallorca el miércoles desde Argelia. Con ello, la cifra en las últimas 72 horas asciende a 155.
Nuevas vías de acceso
La entrada de cayucos por el Mediterráneo era algo casi impensable hace años y hoy es una realidad cada vez más habitual. La causa hay que buscarla en el cada vez más estricto control del Estrecho, Canarias y de las costas marroquíes, que ha llevado a las mafias a trasladarse a los países fronterizos y a utilizar puertos cada vez más al sur. En cuanto al destino, la vigilancia ha obligado a abrir nuevas vías por el Mediterráneo.
Esto ha provocado que en la Comunidad Valenciana se haya superado el récord de embarcaciones ilegales interceptadas en sus costas, que ha pasado de seis en 2008 a 13 en lo que va de año.
En este sentido, el consejero autonómico de Gobernación, Serafín Castellano, lamentó ayer en un comunicado que «nuestro territorio y, en concreto, las costas alicantinas, se hayan consolidado como una nueva puerta de entrada de la inmigración ilegal, frente a la pasividad del Gobierno, que parece no querer ver la gravedad del problema».
Además, Castellano aseguró que «el constante goteo de pateras que llegan a nuestras costas» debería hacer reflexionar al Ejecutivo «para reforzar la vigilancia y los recursos que se destinan a evitar que eso suceda, porque es evidente que no son suficientes».
 Por su parte, el titular de Inmigración y Ciudadanía, Rafael  Blasco, señaló que «la llegada de pateras de inmigrantes confirma que la Comunidad es el chivo expiatorio de la nefasta política migratoria de un Gobierno marcado por los continuos vaivenes: del papeles para todos a expulsiones para todos, sin una financiación adecuada y dándole la espalda a las autonomías», dijo. 
Según Blasco, «la llegada de   pateras se mantiene y la realidad es que el Gobierno no ha solucionado nada».