- jueves 02 mayo 2024
Barack Obama llegó en el Air Force One 25 minutos antes de que Chicago se presentará ante el COI. Aunque permaneció solamente seis horas en Copenhague, tanto él como su esposa Michelle desplegaron ante los miembros del COI todo su poder de seducción, pero no sirvió de nada. El COI castigó con dureza horas después la comparecencia de la ciudad de Illinois por la omnipresencia mediática de la pareja en la capital danesa.
Michelle Obama , con un discurso cuidadosamente escrito para la solemne ocasión, emotivo, humano y con alusiones a su padre, fue la auténtica estrella de la exposición.
El matrimonio mostró en diversos momentos de la presentación inequívocos signos de complicidad. Michelle le pasó la palabra al presidente con un beso y una sonrisa y al final del acto, cogidos de la mano, bajaron del estrado para saludar uno a uno a los miembros que se encontraban en las primeras filas. Ninguno de ellos vistió el unifirme oficial de la delegación de Chicago. Quizá tantos guiños agotaron la paciencia de algunos 'cois'.
De amarillo y un gran lazo
Tras una intervención técnica de Pat Ryan, el presidente del comité organizador, llegó el turno para Michelle, que iba muy llamativa con un vestido amarillo de manga corta y un enorme lazo frontal. "Yo nací en la parte sur de Chicago y procedo de una familia trabajadora con valores muy fuertes. Siempre estuve, de pequeña, muy vinculada al deporte con los chicos de mi barrio". Un magnífico inicio para seguir con las alusiones a su padre: "Guardo el recuerdo de estar sentada junto a mi padre alentando a Carl Lewis".
"Con 30 años mi padre tuvo esclerosis múltiple, pero, aun mermado de facultades, no cambió y siguió teniendo una conexión con el deporte sin dejar de jugar con nosotros. Pensaba que su niña debía saber jugar tanto como su niño". El final fue apoteósico y nada de buena mañana hacía presagiar el naugfragio de la candidatura de la 'ciudad del viento' .
"Mi padre nos transmitió las reglas de juego que siguen rigiendo nuestras vidas, haciendo las cosas con honor, justicia y dignidad. Mi padre es mi héroe". La ovación más atronadora no obtendría premio.
Barack Obama lanzó un mensaje de nueve minutos repleto de referencias a la multiculturalidad de Chicago, la ciudad que le acogió definitivamente después de dar tumbos por otros lugares. No fue el discurso más brillante de Obama. Se notó que el presidente había decidido intervenir e involucrarse en el proyecto olímpico desde hacía pocos días. Esa fatal decisión fue, al cabo, una de los errores que hicieron pagar los singulares miembros del COI.
"Deseo que elijan a Chicago como la elegí yo hace 25 años, a la que llamo 'mi casa' y donde conocí a mi mujer. Viví en Indonesia y otros sitios, pero no eché raíces hasta que llegué a Chicago, donde trabajé junto a una gran diversidad de personas con sus culturas y personalidad".
El miembro pakistaní Shalid Alí puso, a contuación, en aprietos a Chicago preguntando sobre las facilidades de entrada a los extranjeros durante el evento. Obama recogió con habilidad el guante ante la falta de explicaciones, dando muestras de su capacidad de reacción.
Pero no bastó que el presidente norteamericano anunciara la apertura de una Oficina olímpica para coordinar junto con el Gobierno federal la entrada masiva de los participantes de los Juegos. Quizá la suerte de Chicago ya estaba echada en esos momentos, pero aún faltaban las escenas de entrega de muchos miembros del plenario, traídos por el carisma innnegable de la pareja.
Departiendo con un café
La fascinación por el matrimonio Obama se desbordó al final del examen de Chicago. Ambos saludaron a los miembros del COI que se encontraban en la primera fila, entre ellos la princesa Ana de Inglaterra, el príncipe Alberto de Mónaco y Nora de Liechtenstein. En el 'backstage', donde se sirviócafé a los participantes, los 'cois' más sugestionados por los invitados se arremolinaron a su alrededor esperando turno para saludarlos y fotografiarse. A continuación fueron recibidos en el parlamento por la Reina Margarita y desaparecieron en dos cadillacs camino del aeropuerto
El Sevilla FC ha castigado con crudeza la debilidad defensiva del Athletic y ha encadenado su cuarta victoria consecutiva en San Mamés tras imponerse con rotundidad (0-4) en un partido que a quedado sentenciado antes de descanso con los goles de Renato, Negredo y Kanouté.
Jesús Navas, a un cuarto de hora del final, ha redondeado el triunfo sevillista ante un rival desconocido que no se ha parecido más que en el uniforme al que hace solo siete días ganó con brillantez e ilusionó a 'La Catedral' frente al Villarreal.
El partido arrancó eléctrico, como se preveía después de último antecedente en la semifinal de Copa. En los primeros tres minutos Negredo y David López ya habían pisado con peligro el área rival, pero el primer regalo local desequilibró lo que apuntaba hacia una batalla bastante más nivelada.
Renato fusiló a Irazoz en una falta lateral desde el borde izquierdo del área después de que el portero navarro colocara a Susaeta como única oposición en al barrera y le regalara el primer palo. El golpe dejó conmocionado al Athletic, que sin embargo no se olvidó de combinar para tratar de acercarse a la portería de Palop, sobre todo por una banda derecha a través de Susaeta.
Una doble ocasión de Toquero y Llorente, abortada con acierto por Palop, llevó la esperanza a la grada, pero era evidente que no era el día de los rojiblancos. Un nefasto despeje de Amorebieta dejó el balón a los pies de Capel, que avanzó unos metros y metió un pase interior a Negredo para que el ariete madrileño marcara con calidad el 0-2.
El nuevo directo al hígado mandó definitivamente a la lona al Athletic. Si habitualmente el Sevilla se siente cómodo con ventaja, cuando la dobla hay pocos rivales capaces de responderle.
Los de Manolo Jiménez enfriaron el partido al tiempo con su inconfundible estilo al tiempo que el Athletic daba arreones a la desesperada con un juego directo precipitado e impreciso que le dio como único rédito un remate de chilena de Gurpegui que salió alto.
Además de defender con orden su renta, los visitantes lanzaban incluso serios zarpazos, como el cabezazo a bocajarro de Squillaci (m.36) que saco como pudo Iraizoz o el voleón de Negredo (m.42) desde la frontal que sacó astillas del travesaño.
Por si era poco el castigo, en la tiempo extra de la primera parte, Kanouté le dio la puntilla al Athletic. Iraizoz no supo bloquear el golpe franco botado por Negredo y el malí, muy atento, solo tuvo que empujar para marcar el 0-3.
Caparrós dio entrada tras el descanso a Muniain y Yeste y el equipo lo agradeció, con un par de aproximaciones, una de ellas culminada por Llorente con un bonito remate a la media vuelta. Pero la expulsión de Amorebieta, antes de cumplirse los diez minutos de la reanudación, cercenó el amagó de reacción bilbaína.
Con superioridad numérica, el partido ya fue coser y cantar para el equipo andaluz. Los de Jiménez tocaron la pelota a su antojo, se gustaron frente a un contrario incapaz y ampliaron incluso el marcador después de que Jesús Navas aprovechara un pase interior para cruzar con un derechazo a media altura.
Con 0-4 en el marcador y el partid totalmente roto los quince minutos que restaban para el final fueron una tortura para jugadores y aficionados rojiblancos, totalmente impotentes ante la manifiesta superioridad del Sevilla.
- Ficha técnica:
0.- Athletic Club: Iraizoz; Iraola, Ustaritz, Amorebieta, Koikili; Susaeta (Muniain, min.46), Javi Martínez, Gurpegui (Yeste, min.46), David López (Bóveda, min.58); Toquero y Llorente.
4.- Sevilla FC: Palop; Sergio Sánchez, Squillaci, Dragutinovic, Fernando Navarro; Jesús Navas (José Carlos, min.80), Renato, Lolo, Diego Capel (Acosta, min.71); Kanouté (Luis Fabiano, min.64) y Negredo.
Goles: 0-1, min.5: Renato. 0-2, min.20: Negredo. 0-3, min.46+: Kanouté. 0-4, min.74: Jesús Navas.
Árbitro: Teixeira Vitienes (Colegio cántabro). Expulsó por doble amonestación a Amorebieta (m.54). Además, mostró tarjetas amarillas a Javi Martínez y Bóveda, por el Athletic y a Dragutinovic y Renato, por el Sevilla.
Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada de liga disputado ante unos 38.000 espectadores en San Mamés. Terreno de juego en buenas condiciones. Tarde soleada y temperatura agradable.