Ni la hora ni el frío mañanero pudieron con las ganas de correr. Un año más, y van ya 29, miles de corredores se congregaron en Serrano 117, la sede del CSIC, para participar en una de las convocatorias más atractivas para los «runners» madrileños. En esta edición fueron 6.000 las personas que llenaron Madrid de energía y color. La riada humana sorteó las obras de Serrano hasta la plaza de la Independencia para subir después los casi cinco kilómetros que separan Cibeles de la plaza de Cuzco. Un tramo por Alberto Alcocer y el regreso a Serrano desde la plaza de la República Dominicana completaron los 10.000 metros de la carrera cuyo ganador, el keniata Peter Kirui, tardó 29 minutos y 36 segundos en recorrer. En la categoría femenina resultó vencedora la etíope Shiferaw Bernikesh, con un tiempo de 34:18. Francisco Javier López Villarrubia (quinto con 30:45 ) y en Diana Martín (cuarta con 35 minutos) fueron los mejores españoles. Lejos de los atletas más profesionales, el grueso de los corredores aficionados hicieron lo que pudieron, pero a buen seguro que lo dieron todo porque, como todo el mundo sabe, lo importante es participar y, si se puede, llegar a la meta.
Desde el pasado día 1, la película IMAX «Wild Ocean», que se proyecta en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, sumerge al espectador en el fondo de los océanos de Suráfrica para mostrar la supervivencia en el ecosistema marino y las relaciones entre los depredadores y sus presas, con millones de sardinas y un gran número de pingüinos africanos, alcatraces, focas del Cabo, tiburones, delfines y hasta ballenas jorobadas como protagonistas. Además de esta nueva producción de cine en gran formato, L’Hemisfèric incorpora el planetario «Evolución», un viaje desde los orígenes del universo hasta nuestros días.
Estas dos nuevas propuestas se suman a la programación actual de L’Hemisfèric, que incluye las películas «Egipto. Secretos de las Momias», «El Misterio del Nilo», «Dinosaurios Alive!» y el espectáculo de animación digital «El arrecife encantado: Kaluoka’hina».
Otra de las novedades para este otoño es la exposición sobre astronomía interactiva denominada «La aventura espacial» o las animaciones científicas sobre termografía y electricidad.
A través de esta muestra, que se puede visitar en la tercera planta del museo, el visitante descubre aspectos fundamentales y curiosidades de la astronomía gracias a divertidos módulos interactivos e imágenes en tres dimensiones. Una oportunidad para conocer desde el complejo funcionamiento de un agujero negro, comprender cómo se producen las fases de la Luna, contemplar los diferentes colores del espacio, hacer despegar un pequeño cohete o aumentar su conocimiento sobre el Sol.
En el Teatro de la Electricidad, un animador científico realiza una serie de demostraciones basadas en principios físicos relacionados con la electricidad: campanas que suenan sin que las toques, velas que se apagan como por arte de magia gracias a una varilla metálica, sin necesidad de soplar sobre ellas y barras metálicas que salen disparadas de un acelerador como auténticas balas de cañón son algunas curiosidades que se presentan en esta zona.
Y en «La ciencia a escena», una nueva demostración nos enseña el concepto de temperatura y la imagen infrarroja en «Al rojo vivo». Aquí se abordarán las reacciones químicas exotérmicas y endotérmicas, aquellas que desprenden o absorben el calor, y los asistentes conocerán cómo controlan su temperatura los animales.
Además, el museo ofrece un completo programa de contenidos sobre el LHC, siglas en inglés que significan el Gran Colisionador de Hadrones del Centro Europeo de Física de Partículas (CERN), el más grande del mundo. En este centro, situado cerca de Ginebra, entre la frontera suiza y francesa, los físicos estudian de qué está compuesta la materia y cuáles son las fuerzas que la mantienen unida. Casi 6.500 científicos, que constituyen más de la mitad de los físicos de partículas del mundo, acuden al CERN para realizar sus investigaciones, representando a 500 universidades.
