La balanza egipcia parece definitivamente decantada. Un portavoz militar anunció anoche que el Ejército considera "legítimas" las reivindicaciones populares y que no reprimirá la revuelta. Muy significativamente, la declaración fue ayer emitida por la televisión oficial de Egipto en vísperas de las manifestaciones masivas previstas para hoy en El Cairo y Alejandría en las que se espera que más de un millón de personas exijan en la calle
la dimisión del presidente Hosni Mubarak . El fin del
faraón podría estar muy próximo. Con Internet inhabilitado desde hace cinco días,
Facebook y
Twitter , las herramientas que sirvieron para convocar las primeras protestas, y el anuncio del ministro de información de que en las próximas horas cortarán las redes móviles, ha dejado paso a medios menos sofisticados. Durante todo el día de ayer, los jóvenes recorrieron con megáfonos la plaza de la Libertad, el simbólico epicentro de la revolución, llamando a la gente a acudir hoy a la gran protesta cuando se cumple la primera semana de revuelta. "Abajo Mubarak, todos contra Mubarak", gritaba una muchacha a través del altavoz. "Pueblo egipcio, únete a nosotros, no dejes que te callen", se desgañitaba.