"Sirve Nadal, responde Sócrates". Éste es el título del libro en que Toni Nadal expone los valores marcados en el camino de Rafa Nadal a la élite del tenis mundial, "en lo que él y yo siempre hemos creído". Lo ha hecho en colaboración con el filósofo Pere Mas, manacorí como él y que pertenece a su misma generación. Ambos presentaron ayer en el RCT Barcelona una obra que ya está a la venta (Editorial DeBolsillo, colección Best Seller).
"Yo creo que el éxito se fundamenta en la capacidad natural que otorga la naturaleza, pero yo quise que Rafael creyera que venía del esfuerzo, el sufrimiento y el trabajo porque son valores que lo podían hacer mejor persona", explicó ayer Toni Nadal, quien aseguró que "me satisface más que me hablen de la corrección y el espíritu de lucha que muestra en la pista que de los éxitos con la raqueta en sí".
El técnico y tío del campeón recordó una anécdota relativa a su interés por que el tenista se interesara por la cultura. "Tenía 15 ó 16 años, estábamos jugando un Futures en Santander. Le iba preguntando si había visitado ya el Palacio de la Magdalena, hasta que llegó un día que tras su 'no' le dije que entonces debería dar vueltas al Palacio durante media hora".
Entre los presentes al acto estaba Juan Antonio Samaranch, quien tomó la palabra para "agradecer públicamente a Nadal su labor en los Juegos Olímpicos de Pekín. Consiguió el primer oro del tenis español metiéndose a todo el mundo en el bolsillo. Es un gran jugador y una gran persona". Hizo entrega de un obsequio a Toni, los aros olímpicos
Que A Repsol le acaben de conceder el honorable título de «Mejor Compañía Energética del Mundo en 2008» le habrá hecho sonreír a su presidente, Antoni Brufau, aunque no le habrá hecho desbordarse de orgullo porque, como él dice, «el buen líder es el que cede los éxitos a sus colaboradores y en cambio asume sus fracasos». Éste, concretamente, es el penúltimo logro en un currículum envidiable. Brufau (Mollerusa, Lleida, 1948) siempre ha cosechado éxitos haya por donde haya pisado. Entró a formar parte de Arthur Andersen, empezando con cinco personas en un despacho de Barcelona allá por el año 1970 y al cabo de dos años ya eran cientos de empleados. Su paso triunfal por los negocios continuó con La Caixa donde, a poco de llegar como fichaje estrella de Josep Vilarasau, se hizo enseguida con los mandos. Y, tiempo después, llegó en 1997 a Gas Natural donde al cabo de tan sólo un año asumió la presidencia y la empresa duplicó su tamaño. El premio y el reconocimiento ahora es el último éxito de una compañía que, además, pone, blanco sobre negro, su compromiso con el medio ambiente. Repsol colabora en diversos programas que contemplan la conservación de áreas sensibles, la protección de especies, y protagoniza acciones para la mantener el entorno natural allá donde se desarrollan sus actividades. Nada de esto parece complicado. Para Brufau, la línea marcada por su empresa es su filosofía de vida. Lo que importa no es la cantidad de tiempo que dedicas a una cosa u otra, sino su calidad».
