- domingo 28 abril 2024
EFE
El Centro Europeo de Física Nuclear (CERN) anunció este lunes que ya hay haces de protones circulando en direcciones opuestas en el acelerador de partículas más grande del mundo, aunque todavía se trata de pruebas a baja velocidad.
El Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) empezó a funcionar nuevamente el pasado viernes con el lanzamiento de haces en una sola dirección, tras haber permanecido 14 meses paralizado.
En ese tiempo fue reparado de los fallos técnicos que se produjeron en septiembre de 2008, apenas nueve días después de estar operativo en medio de una gran expectación de la opinión pública y científica internacional.
Se espera que las colisiones a altas velocidades, que permitirán a los científicos obtener datos jamás logrados sobre la creación del Universo, se produzcan a principios de 2010.
Durante demasiados años se pretendió garantizar la seguridad alimentaria mediante intervenciones circunscritas a las fases finales de la cadena alimentaria. Las más próximas al consumo. Incluso se llegó a trasladar al consumidor una cierta responsabilidad en la consecución final de unos niveles aceptables de inocuidad. Los gestores de riesgos alimentarios sabían que este enfoque, alejado de la eficiencia, precisaba de esfuerzos económicos y personales a veces desmesurados para alcanzar un resultado que no siempre podía calificarse de eficaz en términos de seguridad. Los últimos años del siglo XX, con crisis alimentarias de alcance europeo y mundial, actuaron como un verdadero revulsivo, propiciando un enfoque diferente en la consecución de la seguridad alimentaria. En el año 2000, el «Libro Blanco de la Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea» consagró, entre otros, el principio «de la granja, a la mesa». Fue recibido con entusiasmo, pero con dudas en cuanto a las expectativas reales de llevarlo a la práctica. Recientemente, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha publicado su último Informe Comunitario de Fuentes y Tendencias de Zoonosis y Agentes Zoonóticos en la Unión Europea en 2007, con datos ciertamente plausibles: España y la UE registran un descenso de la tasa de salmonelosis en humanos. En España el descenso ha sido mucho más llamativo que en el conjunto de la Unión: del 14,1 por 100.000 en 2005 al 8,2 por 100.000 en 2007… y seguimos mejorando. ¡Debemos felicitarnos por ello! Con todo, ésa no es la única buena nueva del informe comunitario. Al analizar los datos, concluye que el descenso constatado demuestra que las medidas de vigilancia, prevención y control tomadas especialmente en granjas han sido muy efectivas. Es una demostración palmaria de que la Seguridad Alimentaria puede y debe construirse desde el inicio de la cadena, desde la alimentación de nuestros animales de abasto, sin cifrar todas las garantías en intervenciones posteriores destinadas a eliminar peligros que no deberían llegar ni a la industria de transformación, ni a nuestra sartén ni, por supuesto, a nuestro plato. Los datos lo acreditan: Del campo a la mesa …¡funciona!