pantalla

solos frente a la pantalla

Ya hemos señalado en este espacio, en más de una ocasión, que nunca antes como ahora estaba cambiando tanto, y en tan poco tiempo, el mundo de la comunicación, muy especialmente entre los más jóvenes. Si durante varias décadas la televisión del salón o del cuarto de estar era el centro en torno al cual giraba la vida familiar, ahora las cosas han cambiado de forma sustancial. No hace falta remontarse mucho en el tiempo para ver al conjunto de la familia sentada en el sofá, después de comer o de cenar, viendo todos el mismo programa. Esa escena es ya poco habitual y probablemente lo será cada vez menos. Pero, ¿qué ha ocurrido?, ¿por qué han cambiado tanto los hábitos?, ¿qué es lo queda por venir en los hogares españoles? En primer lugar, ha cambiado la forma de estar en el hogar: en la mayoría de los casos trabajan ambos progenitores, los hijos comen en el colegio y, muchas veces, cuando regresan, están solos en casa, pues sus padres no han regresado aún. Todo esto supone que el tiempo que todos los miembros de la familia pasan juntos se ha visto muy reducido. Paralelamente, se ha pasado de una televisión por hogar a casi una por habitación. Pero es que, además, en muchos casos se está pasando a un ordenador conectado a internet por cada miembro familiar, de modo que la relación con la pantalla es cada vez menos común y más individual. Ya no hay que ponerse de acuerdo para ver algo todos juntos, pues los hijos prefieren ver su programa favorito en su dormitorio o, directamente, chatear con sus amigos, conectarse a una red social o ver vídeos en la pantalla de su PC. Pero los cambios no se quedan ahí. Las nuevas generaciones ya no se conforman tampoco con un solo soporte, ya que se ha detectado un aumento de la convergencia entre televisión, internet y el teléfono móvil o, lo que es lo mismo, que crece el uso simultáneo de medios, especialmente entre los aficionados al deporte. Eso supone que en torno al 23% de los jóvenes utiliza internet mientras ve la TV, medios ambos que toman la delantera a otros en las horas de más audiencia. Otra tendencia, ya mencionada, es la aparición de un fenómeno más o menos nuevo, que compite directamente con la programación convencional de las cadenas de televisión, que es el de ver vídeos, y cuyo exponente máximo es Youtube. Esta costumbre se da ya entre el 77% de los internautas y el soporte preferido para hacerlo es el ordenador. Además, es curioso comprobar que no son sólo los más jóvenes los que hacen uso de Internet; así, por ejemplo, un tercio de los usuarios de entre 55 y 64 años ve vídeos en su PC semanalmente. De modo que cada vez es mayor el tiempo que pasamos delante de una pantalla, pero no necesariamente de la del televisor, y, además, cada vez menos en familia. En cuanto a tiempo, Internet se convierte en el medio más consumido en España, con 12,1 horas a la semana por internauta (un 20% más que en 2004). Le siguen muy de cerca la televisión (11,7 horas, un 11% menos que en 2004) y la radio (10,9 horas, un 22% menos que en 2004). Los españoles pasan 4,4 horas a la semana leyendo el periódico y 3,6 horas leyendo revistas. Todo este conjunto de fenómenos, que ha roto los esquemas habituales, también tiene su traducción en la forma de ver publicidad. Así, según un estudio de la Asociación Europea de Anuncios Interactivos (EIAA en sus siglas en inglés), las compañías que ven la publicidad online como algo esencial están incrementando sus campañas para telefonía móvil; también crecen las inversiones en formatos especiales como la publicidad en video, con un 35% de anunciantes que afirma utilizar este medio en sus iniciativas online (en España un 41,9% de los anunciantes).
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