BRUSELAS- Silvio Berlusconi salvó ayer la cara in extremis ante un nuevo rapapolvo, esta vez desde la Eurocámara. El Partido Popular Europeo (PPE), junto con el resto de grupos conservadores, logró tumbar las resoluciones de los socialistas, liberales y verdes, en las que se «lamenta la presión y la intimidación contra los periódicos italianos y europeos», y se solicitan cambios legislativos en la UE para tratar la concentración de los medios de comunicación y la protección del pluralismo. El voto estuvo tan ajustado que en la iniciativa propuesta por el grupo liberal se empataron los votos a favor y en contra (398 eurodiputados).
Los antecedentes de una resolución más dura, aprobada en 2004 , en la que se criticó la ruptura de la libertad de expresión «particularmente en Italia», y las demandas interpuestas por el líder italiano contra medios de su país y europeos no convencieron a los conservadores, que protegieron a una de sus vacas sagradas en un momento en el que su figura ya no parece intocable.
«El Parlamento no es el lugar apropiado para discutir temas nacionales, o para tomar un caso contra un Gobierno o un Estado miembro», indicó el jefe del grupo popular Joseph Daul. Sin embargo, no es la primera vez que el pleno discute temas relacionados con Estados miembros, como sucedió anteriormente con la propia Italia, además de con Polonia, Lituania, España o Bulgaria. «La libertad de Prensa y el pluralismo informativo son bases fundamentales para la salud democrática de la UE», apuntó Juan Fernando López Aguilar, jefe de los socialistas españoles en la Cámara. De hecho, los defensores de esta resolución recuerdan que este derecho forma parte de la Carta Europea de Derechos Fundamentales, incluida en el nuevo Tratado de Lisboa.
Según explica la eurodiputada popular Teresa Jiménez-Becerril, periodista y residente habitual en Turín, «si no se hubiera centrado sólo en Italia y se hubiera incluido a otros países la resolución hubiera prosperado, pero suponía un ataque excesivo contra una persona». Los populares presentaron enmiendas denunciando el acoso que sufren los periodistas en Hungría y Portugal (con gobiernos socialistas) y en Alemania por parte de los socialdemócratas. Esta misma semana, Reporteros Sin Fronteras presentó su informe anual, en el que sitúa a Italia como uno de los países donde más amenazada está la libertad de prensa en la UE, tan sólo por detrás de Rumanía y Bulgaria.
Los ataques de Berlusconi también han ido destinados contra la propia CE. En septiembre, «Il Cavaliere» amenazó con bloquear el funcionamiento de la UE si el Ejecutivo comunitario no paraba de opinar sobre su política migratoria.
