E ste fin de semana, aquí, en Roma, hemos disfrutado de unas jornadas gozosamente españolas. Por todas partes se oía hablar en nuestra lengua, en cualquier lugar te encontrabas con españoles cuya presencia no pasaba desapercibida, por la bandera nacional y por otros gestos muy nuestros. ¿Qué sucedía en Roma en las mismas vísperas del día de España? Sencillamente, que el día 11 el Papa canonizaba a dos santos españoles: San Francisco Coll y San Rafael Arnaiz –España tierra de santos–. Eran canonizados junto con la Fundadora de las Hermanitas de los Pobres, Santa Juana Jugan, San Segismundo Félix Felinski, Arzobispo de Varsovia, y San Damián, apóstol de los leprosos en Molokay. Todos ellos testigos de Dios vivo que es Amor, signos visibles de la caridad evangélica y prueba de su verdad. Quiero fijarme especialmente en San Rafael Arnaiz –el Hermano Rafael–, que cautiva por su alegría, seduce a quien conoce su vida y lee sus escritos y escucha su experiencia. Un hombre joven capaz de descubrir a los jóvenes de hoy las maravillas de haber encontrado lo que ellos mismos buscan, es decir: tocar de cerca el amar y ser amados, ser felices y libres, tener sentido su vida, saber que hay un futuro, encontrar a Dios aunque no lo sepan, pero que es el único capaz de llenar con creces lo que ellos buscan y desean en su gran corazón de jóvenes. Un hombre tan nuestro, tan de los tiempos modernos, tan en sintonía con el misterio y la cuestión más honda del hombre: Dios mismo. El Hermano Rafael es muy cercano a nosotros. Es, sin duda, de nuestro tiempo. Vivió un momento crucial. Dios lo suscitó y nos lo dio como regalo para todos en una situación de grandes cambios, en la sociedad de entonces, hasta de procesos revolucionarios, al margen de Dios e incluso en contra suya, que se volvieron contra el hombre en penosos momentos de destrucción y de enfrentamiento entre los hombres, como nunca los había habido antes. El Hermano Rafael se alza con el «sólo Dios» y nada más que Dios, en medio de una profunda quiebra del hombre que se vivía ya o se avecinaba. Como San Benito, en aquellos momentos cruciales de desplome de la humanidad de su tiempo, esto es, la caída del Imperio, también el Hermano Rafael, sumido en la cruz de la enfermedad y en la vida escondida de la Trapa de San Isidro de Dueñas, mostró el objetivo fundamental de la existencia humana, el único: el buscar a Dios . Ahí está su secreto, ahí está el núcleo de la verdadera revolución que se necesitaba entonces y ahora, el germen de una nueva humanidad y una nueva civilización del amor: la «revolución de Dios», Amor; porque ahí está la verdad del hombre, donde se asienta la verdadera civilización y nuestro único futuro, capaz de generar esperanza, paz y sosiego del alma. ¡Qué grande es el hombre, qué inmensa es su dignidad, que nada puede contentarle ni llenarle, si no es Dios mismo! Esta es la gran enseñanza de quien eligió, siguiendo su vocación interior, una forma de vida en un monasterio trapense, con una comunidad de hombres donde se busca a Dios, en la que la oración y el trabajo se alternan para alabanza a Dios. San Rafael no se desvivió en grandes empresas, proyectos u obras, ni fundó ninguna institución, sino sencillamente vivió para Dios y así es enteramente de los hombres, abrazó a todos los hombres, se sintió muy unido con sus sufrimientos y penas, incluso físicamente con su enfermedad larga y penosa. Por eso mismo se nos ha propuesto como faro y guía, particularmente para los jóvenes de nuestro tiempo.

Ricardo Costa ha sido sustituido por Rafael Maluenda como portavoz del PP de Les Corts Valencianes, según ha acordado esta mañana el grupo parlamentario popular en una reunión presidida por el president de la Generalitat, Francisco Camps, según informan a Efe fuentes populares.

El president de la Generalitat y del PP de la Comunitat Valenciana (PPCV), Francisco Camps, mantuvo esta mañana una reunión con Ricardo Costa en la sede de Les Corts Valencianes tras anunciar la dirección nacional del PP que Costa ya no es secretario general del PPCV ni portavoz parlamentario.

 

Cruza los brazos con cierta frecuencia durante la conversación sin perder la sonrisa –dicen que es una barrera frente a la timidez–. Además, rebaja la altura de su silla en la joyería Suárez, porque no le gusta eso de mirar por encima del hombro a quien tiene enfrente. Así es y se muestra el duque de Feria, como un joven empresario cercano pero orgulloso de unas raíces que irradian el estilo Abascal. De ahí que sea la imagen de la nueva colección Nicolas Rieussec de Montblanc, el primer reloj con movimiento propio de la firma alemana. Y es que en el fondo y también en la forma tienen mucho en común: encanto, discreción y  elegancia.
-¿Es de los hombres que se hace esperar?
-Intento ser puntual, porque valoro el tiempo de la gente.
-Un reloj de coleccionista como éste sería un buen regalo de pedida de mano...
-(Sonríe) Por supuesto. Es un buen regalo. A mí, personalmente, me apasionan los relojes.  Los relojes definen un estilo de vida: hay a quien le gustan los coches, quienes disfruta con la caza, los que se identifican con el deporte...
-¿Se hipotecaría por hacerse con un reloj?
-No hay que vivir por encima de las posibilidades.
-¿Se atrevería a diseñar uno?
-Me encanta la labor de diseño, pero el problema es que no sé nada de mecánica y eso es clave a la hora de elaborar una pieza de alta relojería. Me encantaría aprender para intentarlo.
-Acostumbrado a liderar todas las listas internacionales de los hombres más elegantes, ¿qué méritos hace para lograrlo?
-Si piensan eso, fenomenal, pero no hago ningún tipo de esfuerzo para mantenerme ahí. Respeto todos estos ránking que se hacen dentro y fuera de España y es un honor que me incluyan, pero le aseguro que tardo dos minutos en vestirme. No es algo que piense y repiense. Tampoco le doy muchas vueltas a decidir qué me pongo cada día. Vestir de una manera clásica es algo que me caracteriza y es parte de mi estilo de vida, aunque es cierto que desde pequeño he estado muy cerca del mundo de la moda.
-Ana García Obregón confesó en estas páginas que «la elegancia es cuestión de dinero». ¿Un mileurista está condenado a no ser elegante?
-Esa idea situaría la elegancia como algo superficial y sólo se reduciría a la ropa. La elegancia va más allá del dinero y de la vestimenta. Implica otros detalles, como conocer otras culturas y saber valorarlas, actuar con naturalidad en diferentes situaciones... En cualquier caso, hay gente que no se gasta un dineral en ropa y es elegante.
-En su caso y en el de su hermano, ¿la elegancia es cuestión de genética?
-Más que genético, es algo que hemos vivido en casa. Hemos crecido rodeados de personas relacionadas con el mundo de la moda, el arte y la decoración. Eso hace que puedas desarrollar determinadas inquietudes. 
-De cara a la galería es la mejor herencia recibida de su madre. Pero seguro que usted valora algo más...
-La mejor herencia que tengo de mi madre es la educación que me ha dado. El resto viene por añadidura.
-Intuyo que de la misma manera que se siente orgulloso de su madre, le dolerá cuando se saca a la luz la figura de su padre sólo para recordar episodios oscuros de su vida...
-Para nada, pero me cuesta comprender que a mucha gente le guste hacer daño con comentarios fuera de lugar. A pesar de todo, mi hermano y yo nos quedamos con todo lo bueno que tenía nuestro padre, era una maravillosa persona.
-De él ha recibido el ducado de Feria. ¿Cómo es un duque del siglo XXI?
-Hoy en día es una responsabilidad más que un privilegio. Voy a trabajar como una persona de mi edad, intentando hacerlo lo mejor posible, aprendiendo día a día. Soy consciente de lo que ha representado a lo largo de varios siglos este patrimonio nobiliario para mi familia. Lo valoro como lo que es, pero llevo una vida de lo más normal, no tengo ningún tipo de prerrogativa.
-¿Pero incluye en sus tarjetas de presenció que es duque de Feria?
-En las de mi empresa, las que llevo habitualmente, sólo pongo mi nombre y mi dirección postal, aunque es verdad que tengo otras tarjetas sólo con el título.
-¿La crisis también afecta a los duques?
-Me afecta como a todo el mundo. Estamos ante una recesión que ha marcado el consumo, pero en la vida con ilusión y con trabajo todo sale adelante. Nosotros hemos tenido unos comienzos muy humildes con nuestra firma de moda Scalpers y la verdad es que no nos podemos quejar. Aun así tienes que saber gestionar tus herramientas  y asumir el mínimo riesgo posible en momentos de incertidumbre financiera como el actual. Además, hay que unir otros factores micro como las obras de la calle Serrano de Madrid y cómo afecta al comercio... 
-Usted y su hermano han crecido con un fotógrafo a su vera. ¿Les ha marcado esta exposición  mediática?
-Tienes que aprender a convivir con eso y a aceptar las cosas buenas que te puede ofrecer. No todo es malo. Aun así, en esos momentos más difíciles hay que intentar llevarlo de la mejor manera posible, que lo que se publica no te afecte a ti, pero tampoco a la gente que te rodea.
-¿Qué piensa de la hornada de personajes que parecen desplazar a los tradicionales protagonistas de la crónica social?
-Está claro que hay varios y grandes grupos de comunicación que luchan por lograr audiencia como sea. No cabe duda de que dependiendo de qué televisión enciendas o apagues hay unos determinados intereses, especialmente en momentos actuales de declive económico y escasa publicidad. Se hace lo que sea por remover y dar morbo en un asunto político, social y deportivo, no sólo en los temas rosas. En el fondo son barómetros que guían a los grandes grupos de comunicación y a los que los periodistas tenéis que rendir cuentas, queráis o no.

Con el visto bueno de Nati Abascal
Atención pregunta: dicen que su novia, Laura Vecino, cuenta con el visto bueno de Nati Abascal. ¿Verdadero o falso?La respuesta de Rafael  es certera: «Sí, es cierto, pero de mi vida privada prefiero no hablar». Con una relación más que consolidada, el duque de Feria ha confesado en más de una ocasión que « es la mujer de mi vida». De hech, tienen previsto contraer matrimonio por la Iglesia. Eso sí, todavía habrá que esperar para verles pasar por el altar.