Los bancos españoles tendrán que provisionar el 52% de los créditos sanos. Además, las entidades financieras tendrán que colocar sus activos tóxicos en sociedades inmobiliarias antes de que termine el año. Dos auditores independientes valorarán los balances de todas las entidades financieras.
El Gobierno aprobó este viernes una nueva reforma del sistema financiero, o "una segunda fase", en palabras del ministro de Economía, Luis de Guindos la segunda desde que Mariano Rajoy ocupa la Moncloa que obliga a los bancos a elevar sus provisiones de los créditos inmobiliarios sanos, a diferencia de la reforma aprobada en febrero, que exigió a la banca 54.000 millones para sanear la cartera de créditos morosos o problemáticos. Esa medida obligará a la banca española a movilizar cerca de 30.000 millones de euros más y repercutirá en su cuenta de resultados.