Nació en Madrid hace ahora cuarenta años, cuando la dictadura franquista, ya moribunda, pegaba sus últimos coletazos. Se especializó en ese rock andaluz que emergió a principios de los sesenta. La integraron Eduardo Rodríguez, Juan José Palacios y el mítico Jesús de la Rosa, que en paz descanse.

Nos dejó temas tan icónicos y sonados en discotecas como Abre la puerta, En el lago, Sé de un lugar e Hijos del Agobio (reconócelo: tú también has bailado alguna vez al ritmo de estos). Hoy, 13 de enero de 2024, varios lustros después de su forzosa disolución, los compases y arpegios de guitarra de Triana han vuelto a resonar para hacer tambalear hasta los cimientos del Teatro Auditorio del Revellín.

Dicen que lo prometido es deuda. El área de Cultura prometió hace escasamente veinte días que 'resucitaría' a la banda para mayor gloria de los ceutíes más nostálgicos. Dicho y hecho: el grupo ha resurgido de sus cenizas cual ave Fénix. Literalmente. Casi, más bien. Triana ha rebrotado por mediación de 'Fénix y sus amigos', una agrupación denominación caballa que profesa amor eterno a de la Rosa y sus excompañeros de fatigas.

El patio de Butacas del céntrico Teatro ha sido testigo directo de un espectáculo de esos que cuesta olvidar. La concesionaria del servicio de vigilancia y seguridad del recinto abría las puertas de este último sobre las siete en punto de la tarde. Pese a la prematuridad, había quien llevaba guardando cola desde hacía rato, casi como si alguien ajeno a su círculo le fuese a usurpar su asiento.

A las siete y cuarto, la platea estaba llena hasta la bandera; también los palcos. Según confirmaban desde el propio Revellín, ha habido sold out: "Se han vendido todas las entradas". 500, ni más ni menos. Si había butacas vacías era, simplemente, porque ha habido gente que no ha acudido a la cita (ocho personas, para ser exactos).

Quienes hoy han recuperado las canciones de Triana son de Ceuta, sí, pero tienen la misma esencia y puesta en escena que los madrileños. Siendo el argumento el de un viaje momentáneo a aquella prodigiosa década que fueron los setenta, no era de extrañar que el Revellín estuviera hasta los topes de culturetas sedientos de buena música.

José Luis Fernández Medina y sus colegas hacían su entrada pasadas las siete y media de la tarde bajo la atenta mirada de un público que, a la postre, se ha acabado entregando sin reservas. "Qué noche más bonita vamos a pasar; va a ser inolvidable", adelantaba el mismo Fernández.

En palabras del vocalista de Fénix y sus amigos, lo vivido este frío sábado era "no solo un homenaje a Triana, sino a todos los músicos de Ceuta que se han ido antes de tiempo". Así querían que fuera. Y así ha sido gracias al virtuosismo del elenco, entre cuyos integrantes había "un añadido": Pepe Navarro, "un fichaje inmejorable".

La primera de las canciones en sonar en el lugar ha sido Una historia. Los más valientes no dudaban en sumar sus voces desde el principio a la de José Luis. Aquellos que, por contra, no conocían la letra con rigor (los que menos), optaban, simplemente, por contemplar sin más la brillante puesta en escena (o por tocar las palmas; había de todo).

Para el segundo tema, el grupo ha pedido muy gentilmente la colaboración de sus espectadores. "Esta, la vais a cantar con nosotros; seguro que la conocéis", avisaba el líder de la banda. "Na-ra-ra-na-na", arrancaba, desatando toda una ola de júbilo. Sí, era Tu frialdad. "¡Venga, venga!", alentaba Fernández. Al final, la participación ha acabado siendo total.

El tercer sencillo ha sido otro igualmente conocido: Recuerdos de una noche. Ha sido en este punto cuando la cosa se ha terminado desmadrando por completo. Por momentos, el rostro de Fernández parecía entremezclarse con el de de la Rosa; su voz, casi, casi que también. El talento estaba ahí; el cóctel rozaba la perfección.

Prometieron tributo; prometieron espectáculo. Lo que no dijeron es que este sería tan descomunal y que lograrían meterse a su público en el bolsillo prácticamente sin pestañear. Dichosos aquellos que han tenido la suerte de haber vivido de cerca tan singular acontecimiento.