Francisco Oda Ángel (La Línea de la Concepción, 1970) es el actual director del Instituto Cervantes en Tetuán, tras pasar previamente por sus sedes de Reino Unido. Sociólogo y especialmente apasionado de la lengua, estuvo presente como conferenciante en el inicio del curso académico de la UNED.

¿Cómo se forja la relación entre el Instituto Cervantes y la UNED?

La relación del Instituto Cervantes con la UNED es antigua. Es uno de los colaboradores que tenemos tanto a nivel nacional como internacional. Hemos llevado a cabo proyectos juntos desde el principio y no solo de léxico, sino de todo tipo. El Instituto tiene 32 años de historia y siempre han sido compañeros de viaje. Equipos de filólogos de la UNED trabajan conjuntamente con nuestro personal. Ahora tenemos en marcha un proyecto conjunto que se llama 'Geolexi', un buscador importantísimo de todos los sinónimos, de tipo geosinonómico. Incluye todas las palabras del español desde un punto de vista panhispánico. Invito a todo el mundo a usarlo.

Hay proyectos también con la Ciudad Autónoma, hable sobre esto...

Los proyectos son trimestrales. La colaboración ha sido muy intensa a través, especialmente, de la Fundación Premio Convivencia. Se desarrollan muchas actividades que proyectan a Tetuán en Ceuta y viceversa. Por ejemplo está en agenda próximamente una obra de teatro que va a participar la ciudad y, entre otras muchas actividades. Es algo continuo y siempre hay reuniones para planificar. 

¿Es el problema de la inmigración, en parte, un problema de formación?

Puedo hablar de la formación que nosotros estamos dando, que es de español como lengua extranjera. Tenemos muchos alumnos, nuestro centro es uno de los mas importantes de toda la red. Los estudiantes suelen ser gente joven que enfoca su formación para venir luego a estudiar a España o para formación profesional, para incorporarse en una empresa española en Marruecos o aquí en España.

¿Qué mensaje trae usted a Ceuta?

El mensaje es que somos parte de un idioma que es el segundo del mundo. El segundo materno del mundo por volumen de hablantes y que tenemos todos la responsabilidad como comunidad de cuidarlo. Es una labor que no debe ser exclusiva de las academia. Incumbe a cada uno de los ciudadanos porque somos embajadores de nuestra lengua y nuestra cultura allá donde vayamos.