Las consejeras de Economía y Hacienda de Ceuta y Melilla, Kissy Chandiramani y Dunia Almansouri, “amigas después de tantos años trabajando juntas” han coincidido en las jornadas sobre las ciudades autónomas de la Universidad Nacional de Educación a Distancia en el Campus Universitario.

Sobre la mesa, inevitablemente, el futuro de la aduana comercial y el encaje de Ceuta en la UE y en las nuevas relaciones con Marruecos. Un escenario en el que, aunque con diferencias, Ceuta y Melilla comparten un amplio consenso. Las dos ciudades autónomas comparten handicaps y necesidades muy similares, como similares son sus poblaciones y sus recursos. Así lo cree Chandiramani: "Esas realidades de Ceuta y Melilla se parecen mucho, cada una con sus peculiaridades,pero hay que adoptar las soluciones conjuntas, sobre todo cuando tiene que decidir el Gobierno central. Siempre digo que lo que es bueno para Ceuta es bueno para Melilla, lo que es bueno para Melilla lo es para Ceuta y lo que es bueno para Ceuta y Melilla es bueno para España”.

Además, ambas responsables del rumbo de la economía a este lado del Estrecho coinciden además en la necesidad de un plan estratégico como el que ya esta en marcha. “La planificación estratégica ha venido para quedarse. En el caso de Melilla comenzamos en 2019, no ha llegado con la pandemia. Es algo que iniciamos en otoño de aquel año, porque queríamos definir que Melilla queríamos a un corto, medio y largo plazo, sino que necesitábamos tener muy clara la estrategia a seguir. Entendemos que esa planificación, aunque sea reprogramable, nos da al menos la orientación de lo que puede ocurrir”, reflexiona Almansouri.

Amas consejeras comparten también la opinión de que la aduana comercial debe ser recíproca para ser realmente una oportunidad de desarrollo. "Ceuta nunca tuvo una aduana comercial y hay que aprovechar cada momento y ser prudentes para ver los servicios y desempeños económicos que a través de Ceuta puede propiciarse para la aduana comercial siempre en reciprocidad, sabiendo quien entra y quien sale de la ciudad de Ceuta eliminando la excepción a Schengen".

Pero en cuanto a la frontera la opinión es dispar. Mientras Ceuta aboga por una frontera Schengen, en la que sea necesario el visado para entrar en las ciudades autónomas, para Melilla esa opción no es viable ni para su economía ni para sus ciudadanos, con una mayor interpelación con su entrono. “Entendemos que las condiciones deben ser de reciprocidad a ambos lados de la frontera, que no ocurra como hasta ahora con la frontera. No es sólo de recibo, sino que es un imperativo. Pedimos que las condiciones sean mínimamente las que teníamos anteriormente, que no tengamos esas restricciones que estamos por el momento", ha explicado Almansouri.