El secretario general de Comisiones Obreras en Melilla , Paco López, y buena parte de su equipo han visitado Ceuta este jueves para mantener una reunión de trabajo con sus compañeros en la ciudad. La reunión surge a iniciativa de Comisiones Obreras de Ceuta y su secretario general, Emilio Postigo, para sumar fuerzas entre las dos centrales regionales del sindicato a la hora de reivindicar en Madrid asuntos comunes en lo tocante a materia laboral. Y en concreto, según han explicado ambos líderes en una rueda de prensa, el foco está puesto en el plus de residencia y toda la problemática que lo envuelve, las bonificaciones en las cuotas de la Seguridad Social y la realización de los concursos de oposiciones en el sector público estatal en cada ciudad.

Ambos líderes además ya han trasladado esta problemática al secretario confederal, Unai Sordo, que habría mostrado su predisposición a ayudar en todo lo que sea posible.

Plus de Residencia

En lo tocante al Plus de Residencia, Postigo ha explicado que “tanto para los empleados públicos como para la empresa privada está congelado”. Y parece ser que ya ni tan siquiera alcanza para contribuir a fidelizar a los empleados públicos en ambas ciudades, razón por la que han incluido en su hoja de reivindicaciones a la Administración General que los concursos y oposiciones se celebren, en lo tocante a las plazas disponibles para ambas ciudades, en las propias plazas.

Pero más allá de la congelación de ese plus que trata de paliar las dificultades de vivir en Ceuta y Melilla, cada sector, el público y el privado presentan problemas diferentes. En concreto en lo tocante a las empresas, Postigo ha señalado un problema que va haciéndose viejo. La competencia desleal que sufren las empresas locales respecto a las grandes franquicias o empresas de fuera que al desembarcar en la ciudad olvidan pagar ese plus al no contemplarlo sus convenios estatales por los que se rigen.

Esa es la principal razón que aconseja a ambos sindicatos a dar la lata en Madrid para que a la hora de negociar los convenios se contemplen las excepcionalidades de ambas ciudades y se obligue a las grandes enseñas a incluir para estos dos territorios ese plus, y también el de vinculación.

“Estamos creando entre los trabajadores unas diferencias que a la vez se está produciendo entre los propios empresarios. Los que lo aplican son de Ceuta y el que no lo aplica, viene de fuera, y tiene mayores ventajas”, ha abundado Postigo.

Y a eso se añade otra circunstancia. Postigo cree que en muchos casos son los propios trabajadores “los que están pagando el Salario Mínimo Interprofesional”, dado que algunas empresas optan por encubrir esa subida que ha experimentado el salario mínimo en los últimos años tapándola con el Plus de Residencia.

El ejemplo más claro lo ha puesto Paco López al relatar que se ha dado la circunstancia en Melilla que una categoría superior acabe cobrando que una inferior. “En un centro de trabajo nos hemos encontrado que con esta práctica una educadora estaba cobrando lo mismo que la limpiadora”, ha explicado López.

La solución pasa por forzar que sea la Ley la que obligue al pago de este plus de residencia en ambos territorios y a que el mismo esté legalmente excluido de los componentes de la nómina que sirven para alcanzar el Salario Mínimo Interprofesional.

Ambos secretarios generales han constatado que de lograrlo muchos trabajadores verían incrementadas de forma notable sus remuneraciones. Tanto así, que aunque ellos no lo dicen, en realidad supondría hacer pasar el salario mínimo en estas dos ciudades de los actuales 1.080 euros mensuales a algo más de 1.300 euros.

Bonificaciones

Y en lo tocante a las bonificaciones, Comisiones Obreras de Melilla también aboga por derogar la parte del Real Decreto 1/2023 que acabó con la bonificación del 50 por ciento y ha establecido un sistema de ayudas a año vencido que en la práctica está resultando ser inaplicable. Postigo ha desvelado que de los 50 contratos firmados en septiembre, ninguno podía optar a las nuevas ayudas, cuando con la anterior regulación sí serían bonificables.

Ambos sindicatos van de la mano en esta reivindicación, y en concreto desde Melilla anhelan la unión entre empresarios, sindicatos y el propio Gobierno de la Ciudad que se está dando en Ceuta para avanzar en documentos y reclamaciones al Gobierno Central. “Allí vamos mucho más retrasados que aquí”, ha constatado López.

Y esas bonificaciones para cuando se solucionen, si es que eso llega, y se recupera el anterior sistema, tienen también un apunte en la hoja de acción de Comisiones Obreras de Ceuta y de Melilla: el plus de vinculación.

De nuevo aquí como sucede con el plus de residencia, no todas las empresas lo tienen contemplado y lo ejecutan. Generalmente de nuevo salen perdiendo las empresas autóctonas y ganan las grandes multinacionales. En la misma línea que con las bonificaciones, ambas federaciones quieren que sea el Gobierno quien legisle para hacerlo obligatorio de recuperarse las bonificaciones.

Oposiciones

Que el plus de residencia no alcance a compensar ya ni a los funcionarios públicas la vida en estas ciudades tiene consecuencias. El desarraigo de esos trabajadores y lo poco que duran en ambas plazas.

Por eso, Comisiones cree que conveniente pelear para lograr que las plazas que correspondan a Ceuta y Melilla en la Administración General del Estado se saquen a concurso en Ceuta y en Melilla.

Postigo tiene claras las ventajas más allá del ahorro para los opositores de no tener que desplazarse a Madrid o otros lugares.

“Un tanto por ciento muy elevado de los que se presenten van a ser residentes de ambas ciudades, porque la mayoría no van a venir a opositar aquí. Con eso se consiguen dos cosas. La primera que al facilitar que las plazas las consigan gente de aquí se reduce el paro local y la segunda el arraigo”, ha explicado Postigo.

Ese arraigo pasa por contraste con la realidad actual. La mayoría de quienes logran plaza en las ciudades y vienen de fuera, acaban por estar el tiempo mínimo que requiere la ley, 2 años y piden traslado a su lugar de origen, generando nuevas vacantes que el tiempo que tardan en cubrirse acaban por redundar en peor atención y peores servicios para la propia ciudadanía.

De momento, esto lo han conseguido ya con Justicia e Ingesa, pero aspiran a que sea norma.