Otro choque sindical; otro lance -y ya no se sabe cuántos van- entre las dos organizaciones más representativas de los trabajadores ceutíes. Comisiones Obreras y UGT acaban de sumar a su cuenta colectiva un nuevo conflicto en el marco de esa descarnada lucha que constituye la conquista de nuevos derechos laborales. Esta vez, el germen de la discordia está en la limpieza (no, no es un juego de palabras; es la realidad).

Hace ahora tres días, los sindicatos se reunieron a puerta cerrada con la cúpula de la llamada 'Asociación de Limpieza' para presionar a esta por la renovación del caduco convenio colectivo por el que se rigen los asalariados del sector. En esta línea, tanto Comisiones como la Unión reclamaron, entre otras cosas, una actualización salarial acorde a la subida del IPC.

El encuentro entre sindicalistas y empresarios no pudo ser más infructuoso: los empleadores se negaron -según la versión ofrecida por CCOO- a negociar un nuevo documento. El pretexto: "La más que probable municipalización del servicio de limpieza viaria".

Cabe mencionar que la del pasado 9 de febrero no fue la primera reunión con la Asociación de Limpieza; fue la segunda. También fue la segunda vez que la entidad -que agrupa a TRACE, Urbaser, Makerel y ACC- dijo 'no' a subir el sueldo a los empleados del gremio.

En un primer momento, las centrales con representación en el comité de empresa acordaron, al parecer, ir de la mano y emitir un comunicado conjunto para dar cuenta de la tesitura. El problema es que todo fue de boquilla; no se concretó nada por escrito. Y ya lo dice el siempre acertado refranero español: 'Las palabras se las lleva el viento'.

Al poco de finalizar la reunión, Comisiones hizo llegar a los medios de comunicación un escrito propio amenazando con tomar "medidas" si los patronos del sector no pasaban por el aro. Sea como fuere, la polémica es casi secundaria. "Nos dijeron que, en este momento, no están en disposición de negociar nada", revelaba uno de los delegados de personal de UGT. El motivo es el arriba citado: la futurible creación de una corporación pública de limpieza.

Los ugetistas se negaron a acatar. "Les dijimos que no estábamos negociando el convenio con TRACE, sino el de la limpieza urbana", explican desde la Unión. Aquí, el detalle importante es que este mismo convenio es compartido por todas las mercantiles anteriormente aludidas: "Hablamos de un monto de casi 700 trabajadores".

Si bien es cierto que la compañía que más operarios totaliza en plantilla es la vigente concesionaria de la limpieza viaria, "el convenio es colectivo". "Normalmente, el nuevo documento se empieza a negociar a mediados de enero; estamos a principios de febrero y aún no tenemos nada", lamentaba UGT.

Los de Juan Carlos Pérez dicen entender "las circunstancias actuales", pero... "Hay que negociar un nuevo convenio sí o sí". El problema radica en un hecho no precisamente menor: "No quieren llevar a cabo ningún tipo de actuación con nosotros". "Sabemos que la situación no es la más idónea para negociar, pero creemos que las formas no son las correctas", remachaban los ugetistas.