¿Se nos ha ido de las manos la igualdad? El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicaba hace escasos días el 44% de los hombres cree que "se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad" que ahora se los está discriminando a ellos y el 21% de la población declaraba su antipatía por el movimiento feminista. No todos los datos son igual de funestos, pero sí toman el pulso de la sociedad en la que los niños crecen a día de hoy. Ceutaldia ha querido abundar en cómo les afecta y qué antídoto contra el odio administran padres e instituciones educativas para que sus niños entiendan la importancia de la equidad.

Pilar Varea, coordinadora de Igualdad del IES Abyla, recuerda de antemano que aún falta camino por recorrer para llegar a una igualdad efectiva, aunque “las cosas han cambiado mucho”. Para ella, las redes sociales como plataforma para la distribución de noticias falsas u opiniones que no se acercan a la realidad, es uno de los principales factores que puede haber llevado a jóvenes y adolescentes a llegar a mostrarse en contra de los pasos que se han dado en materia de igualdad.

“La encuesta muestra que hay un alto porcentaje de desinformación”, dice, a la vez que señala a figuras como “algunos influencers”, que a su juicio están “actuando como si fueran periodistas y tienen mucha influencia sobre los jóvenes, porque están más cerca de su rango de edad y los tienen como referentes”.

El resultado no solo se ve en el barómetro, también en el día a día del centro escolar. “En el instituto apreciamos como a través de las redes sociales se está desinformando sobre la lucha por la igualdad y se están sentando bases o estereotipos de como son las relaciones de pareja llegando al extremo de la toxicidad. Si aumenta, esto acaba en situaciones de violencia de género”.

Este nuevo contexto, obliga a profundizar en la educación, “continuar gotita a gotita trabajando en los institutos”, máxime con los “datos de acoso sexual en la adolescencia, que son brutales”, puntualiza la profesora.

La familia se erige también como un espacio clave para la educación de los jóvenes, donde “si se refuerzan estas ideas contrarias a la igualdad puede ser un problema”. Entiende Varea, en todo caso, que los padres y madres “lo que desean es que sus hijos sean felices y tengan un futuro mejor”.

Una de ellas es Sofía Ortega, que tiene dos hijos jóvenes. Ella mira con “cierta preocupación” al CIS y encuentra que “este tipo de pensamiento y sentir entre la población más joven, no favorece ni ayuda a la eliminación de estereotipos asociados al género”, lo que, a su modo de ver, “dificulta el avance hacia una real y efectiva igualdad”.

Coincide con Varea en que el hecho de que los jóvenes “se informen en su mayoría en redes sociales” puede favorecer que lleguen a estas ideas, ya que en ellas “resulta fácil encontrar voces y mensajes negando la existencia de desigualdad”. “En ocasiones estos discursos pueden venir de figuras de referencia a estas edades, ejerciendo en ellos una identificación con este discurso”, lamenta.

Aun así, rompe una lanza en favor de las nuevas generaciones, de las que aprecia “una defensa de medidas que promocionan igualdad”, siendo necesario continuar promoviendo entre ellos “formaciones con perspectiva de género”.

Es una materia en la que trabaja intensamente otro colegio ceutí, el CEIP Mare Nostrum, donde cuenta una de sus profesoras, Nuria Ramón, que tras realizar un debate con los alumnos de sexto de Primaria sobre si vivimos en una sociedad igualitaria “salió de todo”.

Hubo trabajos previos de investigación y hablaron “del camino recorrido y todo lo que queda por recorrer”, hicieron concursos de “lemas” contra la violencia de género, debatieron sobre ello en clase interpretaron canciones que tratan el tema. Todo es fuerzo es poco cuando se trata de inculcar una igualdad no siempre terminan de percibir los más pequeños, ¿qué queda entonces por hacer?

El estereotipo desde el vientre

Profundiza en el asunto Lorena Carmona, una de las ex alumnas de Varea formada profesionalmente en materia de Igualdad. A la idea sobre el feminismo que manifiesta un significativo porcentaje de los jóvenes en la encuesta anteriormente citada la considera directamente “una ofensa para todas las personas que luchan y han luchado para que las mujeres empezaran a tener cabida como personas en cualquier ámbito de nuestra sociedad”.

Como docente y técnica en igualdad de género, Carmona imparte formaciones sobre coeducación en primaria o igualdad de género en cursos de ESO, formaciones en protocolos de acoso por razón de sexo y/o orientación sexual o en igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres para las personas trabajadoras de diferentes empresas entre otras. “La la conclusión siempre es la misma; la base se encuentra en la educación”, apostilla.

“Desde que un o una bebé está en el vientre de su madre se empieza a estereotipar todo su mundo y en un porcentaje elevado de los casos se siguen perpetuando roles y patrones que para esas futuras madres y padres no son fáciles de erradicar”, explica la experta. Entra además a valorar los posibles motivos de esta deriva del pensamiento juvenil, partiendo de la idea de que “somos víctimas de esta sociedad, tanto hombres como mujeres”, a los que se ha impuesto una forma de pensar “en función de nuestro sexo”, imponiendo una manera de pensar y ser “en función de nuestro sexo”.

Habla en este sentido de educación y perspectiva e incide mucho en las relaciones familiares y sus arcaicos métodos. “Veo comportamientos en un parque, en plena calle, tratan a sus hijos e hijas, que claramente carecen de respeto, siempre desde el autoritarismo y los típicos: ‘porque lo digo yo y punto’, ‘te callas’, ’llorar es de niñas’ o ‘de toda la vida se ha pegado un cachete y no ha pasado nada’”.

Para ella estas conductas son uno de los factores que hacen que “cuando crecen piensen que vivimos en un mundo donde las mujeres ya tienen demasiados derechos, y todo está llegando demasiado lejos".

Feminismo como estilo de vida: Tratar a los niños con el mismo respeto que a los adultos

Frente a ese viejo modelo, Carmona afirma conocer familias que hacen del feminismo “un estilo de vida que aboga hacia la igualdad, por lo que a sus hijos e hijas les inculcan una serie de valores donde la empatía y asertividad son dos de los grandes pilares de su yo futuro, y si algo saco a flote, es que esos niños y niñas a la hora de responder a una encuesta sobre igualdad, difícilmente sus respuestas puedan ser negativas”.

Saca a colación desde su campo otro dato de los que refleja la última encuesta del CIS. El que indica que el 67,2% de las mujeres consultadas cree que las desigualdades de género son "grandes o bastante grandes”. “Estas sí están en lo cierto. Solo hay que informarse para entender este asunto que nos atañe a todos. Vemos el techo de cristal, el número de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, las violaciones grupales, los ámbitos privado y ámbito público, las tareas del hogar, el doble o la triple carga que sufren las mujeres con el cuidado de sus hijos, la combinación de trabajo remunerado y trabajo en casa, encargarse de la ropa que llevara al día siguiente al colegio su niño, los cumpleaños, los regalos…la suma de todo ello tiene consecuencias para la salud emocional de las mujeres”, argumenta Carmona.

La solución está para esta profesional en “educar desde una crianza positiva, libre de estereotipos y roles de género”. Algo que tiene que ver también con “normalizar dar a las niñas y niños el mismo buen trato que las personas adultas pedimos”, una vía a la que se llega según Carmona, “sanando nuestro yo infantil, informándonos sobre crianza, cambiando el sistema educativo, cambiando normativas, incluyendo en el mundo de la docencia la gestión de las emociones, porque de nada sirve que un niño o una niña sepa marcar en el mapa del mundo todos los continentes sino es capaz de identificar y gestionar sus propias emociones”.

De ahí parten los problemas de “autocontrol en la adolescencia, con complejo de superioridad sobre el sexo femenino, y ese largo etcétera aprendido de su núcleo familiar y grupo de iguales, más todo lo que las películas, el porno, internet y sus fake news lanzan, haciendo un daño difícil de reparar”.

Recalca, por último, la importancia de las políticas de igualdad, los protocolos de prevención y actuación, las formaciones y acciones desde una perspectiva de sexo, las campañas en los centros educativos y en la televisión, “que den visibilidad a toda esta problemática y que se sigan añadiendo medidas correctoras para sumar en esta lucha que es cosa de todos y todas es crucial”.