Ha costado mucho tiempo, esfuerzo y recursos, pero ya está aquí: Ceuta cuenta desde este 15 de enero de 2024 con una nueva escuela islámica en su haber. Está en El Morro, en la calle Juan de Juanes, justo en la misma nave que, antaño, hacía las veces de parque de bomberos. Sí, se encuentra en el Al Idrissi: lo que hasta ayer mismo era un mero centro cultural, ahora, también es una madrasa, una muy pulcra y vistosa.

El gustoso afortunado que da nombre al lugar es un conocido imán autóctono. Se llama Ahmed Liazid Aouattah. Y fue profesor de enseñanzas coránicas en la mezquita de Sidi Embarek durante casi dos décadas de su vida. Su veteranía y sus amplios conocimientos sobre la palabra de Mahoma lo han consagrado, tras años de ejercicio, como una auténtica eminencia dentro de la comunidad musulmana.

Lo vivido este lunes en el Al Idrissi ha sido una inauguración oficial, pero no una cualquiera. La expectación era tal que ni siquiera la familia de Liazid ha querido perderse la cita; tampoco Pilar Orozco. La consejera, claro está, ha secundado el acto en condición de titular de Cultura. Ella y el propio Ahmed han sido los encargados de cortar con unas tijeras la cinta que, inicialmente, impedía el paso al recinto.

La escenificación de la apertura del centro ha estado sucedida por un breve aperitivo musical que ha servido en bandeja un grupo de cánticos integrado por un total de diez menores. Su nombre: An Noor. Durante algo más de tres minutos, las jóvenes han interpretado -con música de fondo- una pieza íntegramente compuesta en la lengua del profeta.

Las notas musicales daban paso al descubrimiento del 'santuario' que la cúpula de Al Idrissi ha tenido a bien colocar casi en la misma puerta que da acceso a la escuela. El mismo está compuesto por una pequeña repisa que centra un ejemplar del Corán flanqueado por dos faroles con motivos árabes. Corona el conjunto un cartel rectangular con un retrato de Liazid seguido de una pequeña pieza biográfica. "Pionero en reunir a las cuatro culturas por la convivencia en nuestra ciudad, cursó sus estudios en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Fez con la nota más alta del país", reza parte del escrito.

Lo siguiente ha sido un pequeño tour por las instalaciones. Orozco y el eximán han recorrido el complejo de arriba a abajo: su vestíbulo, sus pasillos, su salón central, sus aulas... Todo. El paseo ha incluido una breve estancia en una de las clases en las que los religiosos transmiten a los más pequeños de la casa la vida y obra del mensajero de Dios. "¿Estáis aprendiendo mucho?", preguntaba la consejera a un grupo de niños y niñas. "¡Sí!", replicaban estos al unísono.

La ceremonia no podía acabar de otro modo; la ocasión lo merecía: Liazid ponía el broche a su visita plasmando su firma y una breve dedicatoria en el Libro de Honor del centro cultural. Lo hacía en árabe, con una caligrafía y precisión exquisitas. "Pido a Dios que dé a este centro y a sus integrantes grandes logros formativos en valores ejemplares", deseaba Ahmed.

Tras imponer Liazid su rúbrica, hacía lo propio la máxima responsable del área de Cultura. "Por hacer de Ceuta una ciudad que es ejemplo de lo que vivimos y hacéis vivir cada día", remachaba (en español, claro).

En un gesto de gratitud para con el Gabinete de Juan Vivas, la Junta Directiva de Al Idrissi y la familia del propio Liazid han entregado a Orozco varios obsequios, a saber: un rosario, una réplica miniaturizada de la Gran Mezquita de La Meca (con la Kaaba al centro) y un libro que lleva por título Patrimonio inmaterial de la comunidad musulmana de Ceuta. La consejera, por su parte, ha regalado a sus hoy anfitriones una caja de bombones. "Aquí está la parte dulce", bromeaba.