El pasado jueves el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana hizo público el listado de beneficiarios de ayudas por importe total de 500 millones de euros para descarbonizar núcleos urbanos y fomentar la movilidad sostenible. Un total de 120 municipios recibieron ayudas para diversas iniciativas en ese sentido, entre ellos Melilla. Pero no Ceuta.

La convocatoria del Ministerio con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia era la segunda, una anterior en 2021, repartió mil millones de euros entre otros 171 municipios, también Melilla, tampoco Ceuta. La Ciudad parece tener una parálisis en el área medioambiental que no se corresponde ni con los objetivos del propio Gobierno de Vivas ni con el futuro. Tras conocer la ausencia de Ceuta, no ya entre los beneficiarios de ayudas sino siquiera como solicitante de las mismas, este medio trasladó pregunta al Gabinete de Comunicación del Ejecutivo, sin obtener respuesta aún. En cambio sí ha podido recabar información de uno de los técnicos municipales que ha explicado que si no se pidieron tan siquiera las ayudas fue por imposibilidad. Uno de los requisitos para poder concurrir era tener aprobado un Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS). Ceuta a pesar de la existencia de una Dirección General de Medio Ambiente y Servicios Urbanos, de la propia Consejería y de la recientemente creada Oficina del Cambio Climático no cuenta aún con un Plan de Movilidad Urbana Sostenible, lo que le ha impedido concurrir a esas ayudas europeas y dejar pasar el tren.

No sólo eso, la Ciudad tampoco cuenta con una Zona de Bajas Emisiones, una definición de espacios obligatoria por normativa europea para este mismo año y para la que de momento se ha contratado a la empresa Tool Alfa servicios de asistencia técnica para la definición de esa zona por 16.755 euros apenas este mismo mes de febrero. Se externaliza así parte del diseño de esa zona de bajas emisiones ante la incapacidad de desarrollarla con los medios propios de la Consejería de Medio Ambiente.

El Plan de Movilidad Urbana Sostenible, que otras urbes ya tenían desarrollado en 2021, o como en el caso de Melilla desde antes de 2015, cuenta con una web en la que hay publicado un diagnóstico y un Plan de Actuación, que data de abril del pasado año. En marzo hicieron una presentación para animar a los ceutíes a participar. Desde entonces hasta ahora Medio Ambiente ha sido incapaz de rematar el documento para llevarlo al Pleno que sería el órgano competente para aprobar el documento definitivo. Según la información recabada de técnicos municipales, el documento estaría encallado, de nuevo, en el área de Medio Ambiente, a falta de una evaluación medioambiental del mismo. El desarrollo del PMUS ni tan siquiera ha sido impulsado por la Consejería, sino por Procesa.

La falta de Plan de Movilidad Sostenible en pleno 2023 o que se vaya a contrarreloj para la creación de la zona de bajas emisiones y evitar las sanciones de la Unión Europea, son sólo dos síntomas más de que Medio Ambiente hace agua. Pero hay más.

Parecería lógico pensar que si se va con tal retraso en asuntos estratégicos y claves, la actividad de la Consejería y la Dirección General debiera estar volcada en actualizar la situación de Ceuta y avanzar en esa línea. Pero hasta la fecha la actividad con más lustre ha sido la Feria de Movilidad, para cuya organización se tuvo que recurrir a contratar a dedo a una empresa de Gijón.

Se ha creado la Oficina del Cambio Climático e invertido casi 80.000 euros en adecuar sus oficinas, pero la ciudad sigue sin sacar adelante el desarrollo normativo que permita instalar puntos de recarga en la calle. Los que hay en la ciudad son todos de forma exclusiva para vehículos municipales. Y Ceuta es una rara excepción en todo el territorio patrio por no contar con un sólo punto de recarga para particulares en zonas públicas, lo que supone un obstáculo más para la introducción de los vehículos eléctricos en el nivel de los usuarios privados.

Y así, Ceuta se condena a llegar tarde al presente. Melilla por ejemplo se ha llevado de esa convocatoria de ayudas casi 3,5 millones de euros (3.483.040) para tres proyectos:

La ordenación de la avenida Duquesa de la Victoria con integración de carril bici (2.880.000 euros); el proyecto de mejora del entorno de los centros educativos (549.000 euros) y las obras para la adecuación de las paradas de autobús por 495.221 euros.

Eso ahora, porque en la anterior convocatoria de ayudas, la de 2021 se llevó otros 3,4 millones de euros (3.391.642,69) para dos proyectos urbanísticos con la intención de mejorar la movilidad urbana en la ciudad hermana. Uno para la remodelación de la calle García Margallo y la plazoleta del rastro y otro para la reforma de los tramos de Conde Alcaudete, Pedro Navarro y Alfonso Guerra entre Carlos V. 2,8 millones para la primera actuación y medio millón para la segunda.

En total casi 7 millones de euros a los que Ceuta ni ha podido optar por no tener, en pleno 2023 un Plan de Movilidad Urbana Sostenible.

Si uno echa un vistazo a las ayudas concedidas a los municipios que se han repartido esos 1.500 millones de euros entre la convocataria de 2021 y la de este 2023, se encuentra de todo: Desde millones de euros para la creación de zonas de bajas emisiones, a la reformulación de calles, carriles bici, o renovación de flotas de autobús público para apostar por la movilidad eléctrica, cabría todo. Aquí, en Ceuta no hay ni un punto de recarga para usuarios privados en los estacionamientos públicos y tampoco en la calle, en Málaga apuestan ya de forma decidida por el bus a hidrógeno. Es para comprar este tipo de vehículos para lo que han solicitado estas ayudas en la convocatoria de 2023 y para lo que se las han llevado.

En el área de Medio Ambiente ni tan siquiera aceleraron la creación del PMUS a pesar de no poder optar al primer paquete de ayudas en 2021, sabiendo que quedaban aún 500 millones por venir en esta segunda convocatoria que se ha adjudicado ahora en 2023.

Y he aquí un ejemplo claro, AMGEVICESA prepara la compra de autobuses eléctricos para renovar la flota de sus vehículos. Va a gastar 6 millones de euros, que al precio más o menos de mercado dará para unos 12 vehículos como máximo. 6 millones de euros financiados también por los Fondos Europeos, pero que bien podrían haber completado con estas ayudas.

Medio Ambiente tiene en cartera otra inversión por 800.000 euros para la renovación de los vehículos del parque móvil municipal y la creación de puntos de recarga para los mismos. Y otro proyecto más de 1,5 millones de euros, también con Fondos Europeos, para alargar el carril bici, el único que actualmente existe en la ciudad, desde la Estación de Ferrocarril hacia la zona de Parque Ceuta. Eso es todo.

La parálisis en Medio Ambiente por lo pronto ha supuesto no poder optar a ayudas, pero de seguir así estaría en riesgo perder más cosas: La experiencia de nuevos proyectos como el de Avangreen parece vital para poder atraer otros nuevos de ese mismo estilo. Su proyecto para generar electricidad mediante hidrógeno está también encallado en el área de Medio Ambiente desde hace un año.

Si no se crea la Zona de Bajas Emisiones este año, la Unión Europea estará en disposición de sancionar con multas económicas a la Ciudad. Y todo en una urbe de reducidas dimensiones que sufre atascos con frecuencia y a horas concretas y en la que en apariencia desarrollar una nueva movilidad urbana aprovechando las energías limpias se antoja un elemento crucial para mejorar la calidad de vida de los ceutíes.