Hace tiempo que el Erasmus dejó de ser poco menos que un privilegio para convertirse en lo que es a día de hoy: una opción plenamente democratizada y al alcance de las masas. La Casa de la Juventud parece estar de acuerdo con dicha máxima (más faltaría). El organismo que encabeza Eva Rodríguez está sumido de lleno desde ayer -viernes- en un novedosa campaña que quiere hacer de esa misma movilidad una preferencia aún más accesible para nuestros jóvenes.

La iniciativa en cuestión lleva por nombre 'Time to move' ('Hora de moverse, por su traducción al español). La misma, dispuesta y teledirigida por parte de la Comisión Europea, tiene por objetivo "fomentar y facilitar las opciones de movilidad a los jóvenes". ¿Por dónde? Pues por todo el continente europeo, claro está.

El gustoso encargado de comandar el proyecto se llama Pedro Muñoz Rodríguez, quien, en la actualidad, se desempeña como coordinador por partida doble: por un lado, en el denominado 'Punto Eurodesk' de Málaga; por otro, para la Asociación Juvenil Intercambia. Es con esta última con la que nuestra Casa de la Juventud llegó en su momento a un acuerdo -vía convenio- en pro de ofrecer a la ciudadanía caballa la oportunidad de adherirse a la campaña anteriormente citada.

En esencia, la propuesta de Intercambia no es más que "un curso para que los ceutíes puedan acceder a los programas de movilidad que ofrece la Unión Europea". La finalidad es sencilla: hacer saber a los caballas de entre 13 y 30 años que, si quieren, pueden "realizar estancias culturales en otros países de Europa".

Según los datos que maneja la Administración local, un total de treinta valientes se han animado a secundar el proyecto, que llegará a su final de línea "el domingo por la tarde". La actividad de hoy no ha podido ser más rocambolesca. A primera hora de la mañana, la organización ha ordenado a los chavales formar varios grupos para -sospechaban- trabajar en equipo. Constituidas las cuadrillas, cada una de ellas ha recibido el encargo de construir una torre de vasos de plástico. Sí, has leído bien: los muchachos han pasado buena parte del mediodía jugando a ser arquitectos.

Pese a que puede sonar a chiste, lo cierto es que está muy lejos de serlo. "¿Construir una torre de vasos de plástico?", te preguntarás. Dicho así, parece sencillo, pero nada más lejos de la realidad. Los enseres habían de ser colocados uno encima del otro utilizando trozos de lana que, para mayor complicación, solo podían ser cogidos con dos dedos. "No sabemos muy bien por qué", confesaba uno de los implicados.

No ha sido hasta la finalización de la misión cuando los coordinadores de la misma han descubierto el pastel. La idea no era otra que hacer ver a los participantes "la complejidad que muchas veces supone una convivencia entre gente de diferentes culturas, países e idiomas", de ahí lo de trabajar codo con codo. Extrapolado al terreno práctico, la pretensión de Intercambia era bien sencilla: "Revelar cómo algo tan aparentemente complicado como puede ser irse a Polonia no lo es tanto si se trabaja en equipo".