ASAMBLEA EN UN MES

Ali deja sus cargos para impulsar la "refundación" de Caballas como proyecto "multicultural" clave para Ceuta

Ali deja sus cargos para impulsar la "refundación" de Caballas como proyecto "multicultural" clave para Ceuta
mohamed ali pleno
Ali, durante un Pleno.
Mohamed Ali renunciará a principios de octubre a todas sus responsabilidades orgánicas e institucionales para contribuir a la gestación de un proyecto con "caras nuevas y otros órganos de dirección" en el que no habrá tutelas. Tras años asumiendo pérdida de votos para construir otra ciudad, se propone "retomar con fuerza mi profesión de abogado y seguir como militante de base y al servicio de Ceuta para lo que necesite".

Mohamed Ali (Ceuta, 1975) se saldrá en un mes de la ecuación institucional de Ceuta casi 20 años después de su irrupción en la Asamblea al frente de UDCE, el partido localista que cosechó casi 3.600 votos en 2003. En este tiempo ha dado calabazas al PP y al PSOE y ha evolucionado sin miedo, aun a costa de perder votos, pese a que no quiere reconocerlo ("el elemento étnico traducido en votos no es exacto y no es bueno para la ciudad") hacia el fiel de la balanza de una sociedad siempre casi partida en dos que entiende clave para el futuro de la ciudad.

Se va uno de los parlamentarios más brillantes de la Cámara autonómica a ojos de afines y adversarios, cada vez mejor, para sumar. Dejará todos sus cargos orgánicos e institucionales en la "refundación" de Caballas con el objetivo de "que esa idea que creemos que es buena para Ceuta, la de un proyecto multicultural para todos y todas, pueda tener presencia e importancia en el espectro público de la ciudad".

"Después de las últimas elecciones, cuando sufrimos un varapalo que no puede discutir nadie", asume, "constatamos que el planteamiento original del proyecto político de Caballas no acababa de calar en la ciudadanía y que convenía, sin perder la esencia de la defensa de la multiculturalidad, la diversidad y la españolidad de Ceuta y de todos los ceutíes, que recibiera un impulso nuevo con una refundación que implica caras nuevas, otros órganos de dirección y seguramente otra estrategia política".

El plan, retrasado por la pandemia, se retomará ahora, a principios de octubre, aunque, respetuoso, no adelanta candidaturas a sucederle: "Eso lo debe o deben anunciar las personas que se postulen, no yo", advierte con vistas a una cita asamblearia de la que espera que salga "algo nuevo y diferente, más amplio, con capacidad de interpelar e ilusionar a más sectores, con las necesidades y las demandas de la gente en las prioridades de la agenda política". No habrá ni tutelas ni tu tías, pues no permanecerá ni en la Ejecutiva ni en su escaño.

Ali lo deja "un poco" cansado y otro poco frustrado. "Uno entra", recuerda de 2003, "con mucha ilusión y cierta ingenuidad, no conoce las interioridades de la política, sobre todo de la administración… Llegamos con mucha fuerza para aportar cosas y yo creo que hemos incorporado la cuestión multicultural al centro del debate. Hasta UDCE eso era algo residual o exótico, pero es importante".

A su juicio "eso de que si un partido es liderado por un musulmán o una musulmana es un partido automáticamente musulmán… Hay asignaturas pendientes y obstáculos por salvar, pero hemos puesto el pivote del debate político en la multiculturalidad porque de ella depende el futuro estable de Ceuta". Ahora toca, dice, en el plan personal, "retomar con fuerza mi profesión de abogado y seguir como militante de base y al servicio de Ceuta para lo que necesite".

Socialmente cree que "Ceuta tendrá el futuro que quieran los caballas". "Tenemos potencial y capacidad, pero no podemos perder la referencia. Somos una ciudad española y europea en África vecina de Marruecos. Queremos que se nos respete, la soberanía es española es incuestionable, pero es bueno mantener relaciones en materia de inmigración, seguridad, comercio, turismo, comercial si se puede… Tenemos que hacer pedagogía con todos los ceutíes para ir de la mano y enfrentar el futuro o afrontaremos tiempos más complejos y difíciles todavía que los que vivimos ahora", advierte.

ali presupuestos apaisada

Sobre Vox, autocrítica y raciocinio: "Hace tiempo que se debate sobre cómo enfrentarse a los discursos de odio de la extrema derecha y aquí no hemos dado con la tecla. Lo peligroso es la espiral de retroalimentación y yo soy autocrítico, he caído en la provocación del ‘tú más’ que alimenta la crispación y la confrontación, harta a la ciudadanía y no soluciona ningún problema, sino que polariza más. Creo que es importante plantarles cara y dejarlos en evidencia, sin argumentos, pero sobre todo tejer acuerdos entre el resto de formaciones para que la gente vea que hay un espacio en el que todos cabemos y otra forma de hacer política".

"Con el ‘caso Emvicesa", dice, "me duele un poco no haber podido esclarecer los hechos en sede judicial aún como diputado". Su "intención original" pasaba por "dejar la Asamblea quedando claro que yo no cometí ningún delito, pero la Justicia tiene sus tiempos y la política también". "Yo he perdido familiares directos a los que me hubiera gustado dar la alegría de ver que todo era falso, como mi padre. Me he enterado después de que lloró el día de mi detención y no podré demostrarle que todo fue una patraña. Lo afrontaremos cuando toque y cuando, espero, se declare mi inocencia, será un titular en los medios y poco más, ley de vida", lamenta".

En ese caso asume que "aunque consigamos la inocencia estando en política el escarnio público ha sido tremendo, no sólo esos días: vivimos meses horribles, sobre todo la familia... Pintadas en la puerta de mis padres, insultos comiendo con mis hijos o andando por el Monte Hacho… Vivimos unos meses horribles, sobre todo la familia. Cuando uno tiene hijos pequeños, imagínese. El partido aguantó el tirón, siempre creyó en mi inocencia y yo se lo agradezco".

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