PRESENTACIÓN DE CANDIDATOS

El PSOE es todo cambio, querer y cumbia

El PSOE es todo cambio, querer y cumbia
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La ministra Montero asediada tras el acto como una estrella de rock.

El PSOE transita la precampaña hacia el 28 de mayo envuelto en buen rollo. El acto de presentación de sus candidatos celebrado este martes en el Hotel Oh Nice! Ulises fue una demostración de energía de la buena. Lleno hasta la bandera para ver a los candidatos y a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Todo fue ritmo, sonrisas, aplausos, vítores y todo en positivo. Para cuando cerca del final del acto, la ministra respondió a Kissy Chandiramani anunciando que estes miércoles el Consejo de Ministros aprobará un Real Decreto para empezar a ejecutar la bonificación al 50 por ciento del transporte de mercancías los socialistas aplaudían como si a cada uno de los presentes les hubiera tocado la lotería. Hay celebraciones de fin de año que arrojan menos buen rollo que los socialistas.

El acto recordó a los tiempos arrasados de Juan Vivas y a aquellos actos del PP en donde, seguros de la victoria final, los populares se dejaban gramos de piel aplaudiendo y al llegar a casa no sabían si ponerse la última o una infusión con miel para cuidar la garganta. Si no desprenden aroma ganador, al menos, parece que huelen la victoria.

De energía, la que desprende la ministra Montero, habló Gutiérrez para presentarla. “Eres de las que habla de tú a tú. Sin esconderse. Sin renunciar a ese acento tan bonito que tienes de Triana. María Jesús cuando sube y toma la palabra es todo ilusión. Su energía se transmite”, la elogió Gutiérrez para recibir luego su ración de mimos de la propia ministra.

Cierto es que además de presentar candidatos, los socialistas celebraban ayer cumpleaños. 144 años ya “de lucha”. “El único partido capaz de lograr el cambio social”, apuntó Gutiérrez.

Tanto él como Montero deslizaron críticas a su archirrival, el Partido Popular, pero lo hicieron sobretodo por comparación, porque lo que abundó durante toda la fiesta fueron los mensajes en positivo. En el caso de Gutiérrez para dibujar la Ceuta que quiere, cuál es el cambio de la ciudad que él quiere, que quiere el PSOE. Querer y cambio. “El cambio que quieres”, era el lema. Gutiérrez quiere cambiar la Ceuta “en blanco y negro” de Vivas por una “moderna, inteligente, sostenible, justa, solidaria, segura, sin brechas sociales, justa, diversa, del futuro”. ¿Y tú qué Ceuta quieres? Le faltó preguntar.

“Ser socialista es ser generoso y confinar unos en otros”, sintetizó Gutiérrez. En realidad, tanto él como Montero, intercalaron en sus discursos mensajes en clave interna, en los que como en las mejores parroquias se estaba pidiendo a la militancia presente que se conviertan en agentes del cambio, que salieran del salón del hotel a coger por la solapa a la familia lejana y cercana, a los amigos, a la vecina del quinto c y a la del tercero s, para explicarles, para convencerles, para taladrarles en lo más profundo de su ser que ser socialista mola más que el sol, que ser socialista es amor, que el 28 de mayo hay que votar y que Ceuta debe cambiar. El cambio que tú quieres. Querer y cambiar.

Montero cargó contra VOX y PP, pero lo hizo para reforzar la diversidad, la multiculturalidad y la libertad, la de verdad, para dejar que cada uno ame a quien quiera, rece a quien quiera. Socialismo es amor, es “respeto a la diversidad”, “ecologismo”, “libertad”. No como “Moreno Bonilla que practica el regate corto en Doñana”. “Socialismo es el partido de la igualdad. El que cree que no tiene que haber ningún hombre ni ninguna mujer que tenga que arrodillarse para tener un trabajo, una vivienda digna, salud o educación”, evidenció Montero.

“No me podía perder la presentación de este equipo ganador”, regaló los oídos la ministra. Vítores. Aplausos. Sonrisas. Amor.

Elogió a quienes han apostado por “complicarse la vida” para dedicar tiempo a mejorar las condiciones de vida de su vecindad. Calificó a Gutiérrez de “hombre honrado” y fijó su talento más allá de “los libros”, sino en el que “se construye de abajo a arriba”. El de Gutiérrez se habría construido, más o menos, según el relato de la ministra a base de luchar por entender que sus convecinos “necesitan un futuro y una oportunidad”. La sensibilidad como parte del talento de un dirigente político.

Mensajes contra quienes quieren especular con la vivienda y convertirla en bien de lujo y a favor de ese plan para poner a disposición cientos de miles de viviendas cerradas a día de hoy para no dejar a nadie “en la estacada”.

Mensajes contra la “estigmatización” de VOX. Ser socialista es respetare la diversidad. Ser socialista es “ser capaz de estar al lado de los trabajadores para que suban un escalón. Claro que los humildes queremos vivir mejor. Todos tenemos que vivir de la mano y seguir avanzando. Hay de aquellos que estigmatizan a los que viven en un sitio porque consideran que ser pobre es ser delincuente”. Aplausos a rabiar, sentidos, gramos de piel saltando como confeti por toda la sal, manos enrojecidas, gargantas resentidas.

“Algunos viven siempre del odio”, abundó Montero. “Vienen a la política a intentar que miremos con recelo al de al lado. Defienden intereses particulares. No construyen nada. Saben además que eso es una política de minorías y posibilista y que si uno denuncia lo que hacen hay gente que dirá: otra vez los políticos hablando de sus cosas, a lo suyo y sin entender los problemas reales de la gente. La cotidianidad de la vida de la gente es lo más bonito que uno puede hacer desde la política, atender esa cotidianidad. Pero lo hacen porque saben que si hay desencanto los suyos sí van a ir a votar de forma religiosa, pero que a la gente normal le provocan lejanía, desazón, incomodidad y se quedan en casa”. Describir mejor la estrategia de la ultraderecha es posible, más sencillo, difícil.

Así, con esos mimbres, Montero pasó a defender las políticas del Gobierno de coalición de Sánchez. Y señaló a quienes “buscan excusas para defender los intereses de la banca” cuando por ejemplo votaron en contra del impuesto específico al sector. Recordó los votos en contra del confinamiento. “Su objetivo era que al país le fuera mal, porque creían que si le iba mal sería más fácil que la gente votara al PP. Preferían el sufrimiento de la gente por tal de llegar a la Moncloa”.

“Subimos el Salario Mínimo Interprofesional. Y esos agoreros, siempre con las gafas negras, dijeron que habría miles de despidos. Hoy tenemos 20 millones de empleos. La cifra más alta de la historia. Les parecía un lujo subir un salario mínimo de 735 a 1.080 euros. Pero bien se suben el sueldo ellos y protestan cuando se hacen públicos algunos sueldos”, apretaba Montero desde el escenario.

Y así igual con la Reforma Laboral. Uno de cada dos trabajos es ya estable y la estabilidad permite a la gente tener un proyecto de vida. Planificar, cambiar, amar, construir una familia y su propio hogar, “la familia que sea”. “Decían vamos a facilitar el despido para que no se produzcan despidos. ¿Desde cuándo la fórmula para que algo no se haga es dar facilidades al despido?”.

Y las pensiones tampoco podían faltar en el recopilatorio de logros. El Gobierno las ha subido sólo este año un 8,5 por ciento, como el IPC para que no se pierda poder adquisitivo. Montero sacó a relucir el famoso 0,25 por ciento que acabó gastando más en cartas para informar que en subida real de pensiones.

“El PP es el no a todo”, resumió Montero. Por contra el PSOE era, al menos este martes, el partido del buen rollo, del cambio, del querer. Al finalizar los discursos la multitud se abalanzó sobre la ministra móvil en mano como si fuera una estrella de rock. A Juan Gutierrez le abrazaban y le sonreían por todos los lados, se aplaudía con ganas, con pasión, con querer. Y para colofón a alguien se le ocurrió poner la cumbia del cambio, que si al recibirla en el teléfono produjo un efecto entre el shock, el WTF, la sonrisa, la vergüenza ajena y la ceja en alto de Sobera, escuchada por los altavoces en un hotel tras recibir la arenga dominical, mientras todos se sonríen, se abrazan, se aman, se quieren, se desean cambio y esperanza, entran ganas de salir danzando y enfilar el camino a la urna. El PSOE era este martes todo cambio, todo querer. Falta ahora saber si también será poder.

El PSOE es todo cambio, querer y cumbia


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