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Sánchez y Feijóo caen en el 'y tú más' en un debate que solo ha servido para escenificar discrepancias

Sánchez y Feijóo caen en el 'y tú más' en un debate que solo ha servido para escenificar discrepancias
Sánchez y Feijóo, durante el debate organizado por Atresmedia
Sánchez y Feijóo, durante el debate organizado por Atresmedia
Ambos candidatos han discutido largo y tendido sobre algunos de los asuntos que atraviesan de lleno la realidad política actual para acabar cerrando la puerta a posibles entendimientos de cara a la legislatura venidera

Pedro y Alberto. Sánchez y Fejióo. Agua y aceite. Distancias insalvables. Los dos candidatos con más papeletas -según los sondeos- para hacerse con la Presidencia del Gobierno tras la cita electoral venidera ya han debatido. No en el Senado; no a través mítines inconexos; en la televisión, a la vista del grueso de la ciudadanía española.

El plató 14 de los estudios centrales de Atresmedia ha sido escenario de un dilatado encuentro que ha dejado tras de sí numerosísimos titulares. Bajo la moderación de Ana Pastor y Vicente Vallés, los cabezas de lista de PSOE y PP han discutido sobre algunos de los asuntos de mayor calado de entre todos los que dan forma y sentido al panorama político actual. Empleo, violencia de género, Justicia, derechos sociales... Todo ha tenido cabida en un cara a cara que, más que para enfrentar posturas, parece haber servido, únicamente, para escenificar discrepancias.

Lejos de la discordia, la estampa inicial ha sido de relativo acercamiento. Antes de empezar a tirarse los trastos el uno al otro (literalmente), Sánchez y Feijóo han posado para los medios acreditados estrechándose la mano. Tras una suerte de 'foto de familia' en la que han tomado parte los dos conductores del programa, ambos políticos se han visto brevemente arropados por sus respectivos jefe de Gabinete antes de quedar abandonados a su suerte.

El debate ha reposado sobre cuatro grandes bloques temáticos que los aspirantes a presidente del Gobierno han ido desarrollando a lo largo de 100 interminables minutos de batalla dialéctica. El primero de los asuntos tratados ha sido la economía. "Dice que va como una moto, pero hay muchas familias que no lo perciben así", introducía Ana Pastor antes de cederle la palabra a Pedro Sánchez. Por descontado, el jefe del Ejecutivo no ha hecho sino defender su gestión a lo largo de la legislatura que acabamos de dejar atrás. Las altas cifras de ocupación, el crecimiento económico y la inflación han copado buena parte de la que ha sido la primera intervención del coloquio. "Hemos creado empleo como nunca", se vanagloriaba Sánchez. "Tenemos más de 20 millones de personas empleadas, dos millones más que hace cinco años", defendía, para recordar que "España ha multiplicado por cuatro su crecimiento".

Antes de entrar en harina, Feijóo ha afeado a Sánchez el hecho de que, en su momento, se negara a debatir con su defenestrado antecesor en el cargo, Pablo Casado. "No sabía que tuviera usted tanto sentido del humor", le replicaba Sánchez. "Lo tengo, y que usted diga que 'la economía va como una moto' es una absoluta falta de respeto", argumentaba el líder popular, que acusaba a su adversario de haber encabezado "un gobierno inestable" durante el ya zanjado curso político. "Sus medidas económicas han sido las de los populistas de Podemos y las del Partido Comunista", incidía.

La charla se tornaba completamente estéril ante los constantes dimes y diretes de uno y otro: del lado del PSOE, la reducción de la temporalidad y la subida del salario mínimo interprofesional; por parte del PP, la acuciante deriva inflacionaria y el aumento de los niveles de pobreza. El resultado: caos absoluto para los espectadores. Según Sánchez, "hemos batido el récord de cotizantes a la Seguridad Social". Según Feijóo, "somos el país de la Zona Euro que más ha incrementado su deuda pública". Y así, todo el rato.

La tónica ha sido exactamente la misma durante la parcela tocante a vivienda y alquiler. Al margen de los continuos 'y tú más', ambos aspirantes han tenido a bien dedicar parte de sus encontronazos a revelar sus respectivas propuestas. El presidente del Gobierno ha hecho pública su intención de poner en marcha "una medida para ahorrarles a las familias hasta 300 euros al mes en el pago del alquiler o la hipoteca". El líder de la oposición, por su parte, se ha comprometido a "reducir el número de viviendas ocupadas". De nuevo, ningún punto en común.

Las pensiones han constituido otro gran frente en el marco de este intranquilo debate. Mientras Sánchez se jactaba de haber devuelto a la vida el denostado Pacto de Toledo y de estar a un paso de "blindar por ley" tales prestaciones, su homólogo popular se ha confesado partidario de revalorizarlas "con respecto al IPC".

Sin lugar a duda, la cuestión que más colisiones ha provocado ha sido la relacionada con política social e igualdad. Feijóo no ha dudado ni un segundo en reprochar al secretario general del PSOE el goteo de excarcelaciones y rebajas de condena a cuenta de la archiconocida ley del 'solo sí es sí'. "En España, existe un gran problema de agresiones sexuales y esta ley da respuesta y atención a todas las mujeres que han sufrido o sufren este drama", sostenía Sánchez. "No me haga reír", le soltaba su oponente. "Le ofrecí los votos del PP para derogar la norma y no tuvo ni el cuajo de presentarse en el Congreso de los Diputados", apostillaba. Al igual que con el empleo, la violencia de género se disolvía como un azucarillo entre los incesantes reproches de uno y otro, en los que, claro está, no han faltado las banderas LGTBI.

Ha sido en el bloque de la sanidad donde se ha puesto sobre la mesa el nombre de nuestra salada Perla del Mediterráneo. Feijóo ha recordado al presidente que "solo gestiona dos hospitales en toda España" -los de Ceuta y Melilla- y que "no ha contratado a nadie en ninguno de ellos", aludiendo, incluso, a la situación de huelga que se vive en ambas ciudades autónomas desde hace ya varios meses. "Hemos eliminado los copagos, hemos recuperado la universalidad y estamos aumentando las plantillas de profesionales", respondía Sánchez. "Miente", espetaba el popular. "Mentir es vincular el 11M a ETA", zanjaba el socialista.

Luego de una agradecida pausa publicitaria en la que los intervinientes han tenido ocasión de conversar con sus asesores, Vallés y Pastor han abierto el melón de los pactos. Ha sido en este punto cuando Feijóo ha instado a Sánchez a firmar una suerte de documento por el que ambos se comprometían a investir en sede parlamentaria al que obtuviera más escaños de los dos: "Si usted gana, gobierna usted; si yo gano, gobierno yo". El tema tenía que salir: Bildu. El líder de Génova ha recordado que "hoy se han cumplido 26 años del secuestro de Miguel Ángel Blanco". "Yo jamás voy a gobernar con el brazo político de quienes hicieron eso", renegaba, al tiempo que Sánchez ponía el foco en los acuerdos que PP y VOX han alcanzado "en numerosos ayuntamientos". "Están ustedes gobernando con un señor que dice que 'las mujeres son más beligerantes porque no tienen pene'", decía, en alusión a Gabriel Le Senne. "Los pactos con proetarras le perseguirán durante el resto de su vida", volvía Feijóo.

Nuestro país vecino también ha ocupado un espacio casi primordial dentro de la vorágine dialéctica. La mecha se encendía cuando Vicente Vallés preguntaba al expresidente de la Junta de Galicia por su posición a propósito de las relaciones diplomáticas con el Reino alauí, a lo que este contestaba que "Sánchez ha roto el equilibrio existente entre Marruecos, España, Argelia y el Sáhara". "Mi propuesta es recuperar ese equilibrio", agregaba, sin mencionar por ningún lado el posible rol que podrían desempeñar Ceuta y Melilla dentro de ese supuesto plan. Según Feijóo, el jefe del Ejecutivo tiene "un pacto con Marruecos", uno que "tenemos derecho a conocer como españoles". Sánchez, claro está, reniega por completo de las tesis de su contrincante político, arguyendo que España mantiene con el Estado marroquí "la misma posición que el resto de aliados europeos". "Soy un presidente limpio y autónomo", zanjaba.

El último tramo del programa, el conocido como 'minuto de oro', ha servido a ambos candidatos de ventana para pedir el voto al electorado que aún no tiene claro qué papeleta escoger el próximo día 23. "Nos jugamos mucho; el PP puede acabar con el empleo, las pensiones y la igualdad de género", lanzaba Sánchez. "Seré un presidente de fiar; no voy a mentir a los españoles", remachaba Feijóo.

Cabe señalar que, según estimaciones, el número de indecisos supera por poco los 700.000 a lo largo y ancho del territorio nacional. Si la discusión ha sido de utilidad para que estos se decanten definitivamente por uno u otro bando al momento de ejercer su derecho al voto, solo ellos mismos lo saben.

Sánchez y Feijóo caen en el 'y tú más' en un debate que solo ha servido para escenificar discrepancias


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