El país modelo de crecimiento económica y de forma de afrontar la crisis parece que va a quebrar después de haber hecho todo lo que los demás pensaban que tenía que hacer.

Irlanda está en una situación límite. El ‘banco malo’, que tantas alabanzas ha recibido, ha llevado a que el estado irlandés se quedase toda la deuda tóxica de los bancos comerciales (a los que previamente había tenido que rescatar). Una vez pagada la deuda de la banca gaélica a los bancos extranjeros, ya nadie tiene interés en el estado de una isla con unos pocos millones de habitantes se hunda por décadas.

Irlanda ha invertido en parques empresariales y en beneficios fiscales a empresas estadounidenses para que se instalasen en el país. Los resultados, en el medio plazo, fueron muy buenos y una tierra tradicionalmente emigratoria vivió la inmigración. Pero no invirtió en sanidad y tampoco en educación, lo llevó a los que los cuadros altos y medios de esas empresas a las que ellos le ofrecían todo tuvieran que ser también inmigrantes. Unas empresas que no han tenido ningún obstáculo para la salida y han y transferido los problemas a un sistema social, el irlandés, pensado para situaciones mejores y que es absolutamente insufrible cuando hay problemas.

Con unas infraestructuras que dejan mucho que desear, con una sanidad deficiente, con una educación que no es capaz ni siquiera de satisfacer la demanda interna, con una descomunal deuda privada convertida en pública y con unos servicios sociales al borde del precipicio, como el presupuesto nacional, se termina el sueño de esta sucursal del modelo con menos regulaciones de la Unión Europea. El modo que se ponía para salir de la crisis sólo padece agudizarla.

Posted originally: 2010-11-10 21:25:26