"Mi abuelo dijo que cuando se acabara la última vegetación, la montaña no perdonaría y caería sobre nosotros". Eso escribe hoy en
La Repubblica el periodista Antonello Micali, natural de Giampilieri, el pueblo cercano a Messina (Sicilia) donde las lluvias
causaron el jueves un inmenso alud de tierra y fango que produjo 21 muertos, cien heridos y 40 de desaparecidos.