Anoche tiré de hemeroteca. La noche con la lluvia invitaba a cobijarme entre la manta del sofá y dejarme llevar por uno de mis amores, uno de mis directores de cine que mejores ratos me ha dado a lo lardo de estos años.

Como tenía ganas de reír me dio por buscar “Mujeres al bode de un ataque de nervios”, película que me hizo llorar de risa hará unos veinte años…

Allí estaba ella, una Carmen Maura que me recordaba a mí en esa época:  esa media melena recta, esos trajes de chaqueta rectos con minifalda y zapatos de salón que se convirtieron en mi uniforme de los años ochenta, las terribles hombreras, los portafolios de piel, la sensación de tener prisa para todo, la certidumbre de andar siempre ocupada, liada, comprometida….

Carmen Maura estaba muy joven, no la recordaba yo tan delgada en la película, como tampoco puedo recordarme yo en una talla treinta y ocho, como no descubrí  hasta anoche a ese Antonio Banderas tan pequeño y despistado.

Me encantó María Barranco, sí recordaba sus pendientes de cafetera expres balanceándose en sus orejas, su miedo, su disimulo ante la policía diciendo que lloraba por el modelito de Julieta Serrano “ es horroroso….”

Me gustó la idea del gazpacho con orfidal, los contestadores, y pedir prestado los teléfonos fijos porque aún no se había inventado la telefonía móvil. Los orgasmos oníricos de Rossi de Palma, las pelucas y pestañas postizas de la mujer legal del amante de la protagonista.

Eran los ochenta, España en los ochenta tenía veinte años, dice Almudena Grandes, yo también tenía veinte años.

Todo era posible, hasta una historia así.

Posted originally: 2010-12-07 00:46:41