¿Pueden unos padres de familia que ya han participado en un
reality show tener tanta necesidad de notoriedad y fama como para hacer creer a todo un país -y parte del mundo gracias al efecto propagador de las noticias impactantes- que su hijo volaba dentro de un globo aerostático sin control a 3.000 metros de altura? ¿Puede alguien desear tanto sus 15 minutos de fama como para montar un guión que hiciera movilizarse a todas las cadenas de televisión -nacionales y locales-, al sheriff del condado, a varios hospitales y llegar incluso a retrasar los vuelos del aeropuerto de Denver para evitar interferir en el espacio aéreo sobre el que avanzaba el globo?