Portugal entra en una semana que los analistas consideran crucial, después del calvario vivido los últimos días por el duro castigo que los mercados aplicaron a los bonos lusos, y las intensas especulaciones sobre la necesidad de un rescate financiero. La esquizofrenia de los operadores financieros ha convertido en una prueba de fuego la subasta de títulos de deuda a cinco y 10 años del próximo miércoles, la primera del año que convoca Portugal.