En su afán por contentar a todos, por que todos se sientan útiles en la plantilla, Emery les dio protagonismo a siete suplentes habituales: Moyà, Alexis, Maduro, Jordi Alba, Baraja, Míchel y Zigic. Pensando en el choque de Liga el domingo en Almería, el técnico vasco entendía que, con los suplentes, le sobraba para dar buena cuenta del rival más débil del grupo, el Slavia de Praga, que venía precedido por siete goles en contra y uno solo a favor, sin un solo punto en su casillero. Pues no. El Slavia se puso por delante y al Valencia le tocó remar contracorriente, con prisas y sin acierto.