La vocación como eufemismo


La vocación como eufemismo
Puede que sea por influencia religiosa pero hay profesiones a las que se quiere adjetivar como vocacionales. Yo prefiero hablar de profesionalidad y exigir profesionalidad, porque la vocación es algo tan vago y tan poco útil que es mejor dejarlo de un lado. Os cuento una pequeña historieta personal para ilustrarlo. De pequeño quería ser piloto [...]


Puede que sea por influencia religiosa pero hay profesiones a las que se quiere adjetivar como vocacionales. Yo prefiero hablar de profesionalidad y exigir profesionalidad, porque la vocación es algo tan vago y tan poco útil que es mejor dejarlo de un lado.
Os cuento una pequeña historieta personal para ilustrarlo. De pequeño quería ser piloto militar. Me pirraban los aviones y como todavía no había descubierto la “seducción del dinero” pensaba que siempre era mejor pilotar un caza militar que un trasto de la aviación comercial. Pero resulta que llevo gafas desde los ocho años y que, por tanto, de ninguna manera hubiera podido ingresar en la Academia General del Aire. Ganas, ilusión y esas cosas tenía toda la del mundo, pero no estaba capacitado. Como era un chico inquieto rápidamente busqué acomodo en otras ideas.
Hay profesiones que se dicen vocacionales y hay quien deja traslucir cierto temor porque la gente acuda a ellas para ganarse un sueldo, como parece que está pasando con Ejército, Policía o Guardia Civil. Parece que es malo que la gente quiera ganarse la vida en estas profesiones, sin tener eso que se llama “vocación”.
Creo que lo importante no es tener vocación sino que los que entren en estos cuerpos funcionariales hagan bien el trabajo por el que se les paga (no mucho). Puede que su sueño no fuera hacer ese trabajo o que prefirieran otro, pero mientras hagan bien lo que se les pide, no hay que poner exigencias inmensurables.
Además lo de la vocación profesional para determinados cuerpos funcionariales creo que esconden otra idea, inconfesable y necesitada de eufemismo. La vocación puede ser un sinónimo (o eufemismo) de “haberlo mamado en casa” y estar defendiéndose, en el fondo, la endogamia, que tan en boga está entre algunos cuerpos funcionariales.
No estaría mal que alguna vez se estudiase cuando empleados públicos lo han “mamado en casa”, porque tengo la sospecha, sin datos porque no existen, de que muchos sí lo han hecho. No estaría mal algunos de los tantos especialistas universitarios que tenemos en Ciencias Políticas y de la Administración hicieran estos estudios, comenzando por la propia Universidad.

F18Puede que sea por influencia religiosa pero hay profesiones a las que se quiere adjetivar como vocacionales. Yo prefiero hablar de profesionalidad y exigir profesionalidad, porque la vocación es algo tan vago y tan poco útil que es mejor dejarlo de un lado.

Os cuento una pequeña historieta personal para ilustrarlo. De pequeño quería ser piloto militar. Me pirraban los aviones y como todavía no había descubierto la “seducción del dinero” pensaba que siempre era mejor pilotar un caza militar que un trasto de la aviación comercial. Pero resulta que llevo gafas desde los ocho años y que, por tanto, de ninguna manera hubiera podido ingresar en la Academia General del Aire. Ganas, ilusión y esas cosas tenía toda la del mundo, pero no estaba capacitado. Como era un chico inquieto rápidamente busqué acomodo en otras ideas.

Hay profesiones que se dicen vocacionales y hay quien deja traslucir cierto temor porque la gente acuda a ellas para ganarse un sueldo, como parece que está pasando con Ejército, Policía o Guardia Civil. Parece que es malo que la gente quiera ganarse la vida en estas profesiones, sin tener eso que se llama “vocación”.

Creo que lo importante no es tener vocación sino que los que entren en estos cuerpos funcionariales hagan bien el trabajo por el que se les paga (no mucho). Puede que su sueño no fuera hacer ese trabajo o que prefirieran otro, pero mientras hagan bien lo que se les pide, no hay que poner exigencias inmensurables. Es curioso que a nadie le preocupase la “vocación” cuando el servicio militar era obligatorio.

Además lo de la vocación profesional para determinados cuerpos funcionariales creo que esconden otra idea, inconfesable y necesitada de eufemismo. La vocación puede ser un sinónimo (o eufemismo) de “haberlo mamado en casa” y estar defendiéndose, en el fondo, la endogamia, que tan en boga está entre algunos cuerpos funcionariales.

No estaría mal que alguna vez se estudiase cuando empleados públicos lo han “mamado en casa”, porque tengo la sospecha, sin datos porque no existen, de que muchos sí lo han hecho. No estaría mal algunos de los tantos especialistas universitarios que tenemos en Ciencias Políticas y de la Administración hicieran estos estudios, comenzando por la propia Universidad.

Posted in Celtiberia, Ciencias Políticas, Corrupción, Fuerzas Armadas, Función Pública, Sociedad

Posted originally: 2009-08-21 08:00:12

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