ENTREVISTA

Vicente Diéguez, el médico que pasó de ser "urólogo de cabecera" a aligerar las listas de espera de nuestro hospital

Vicente Diéguez, el médico que pasó de ser "urólogo de cabecera" a aligerar las listas de espera de nuestro hospital
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Vicente Diéguez, en el paseo del Revellín / Alejandro Castillo

El especialista, erigido en máximo exponente de la cirugía urológica en suelo ceutí, viene de operar de una tacada a tres pacientes con cálculos renales valiéndose de una novedosa técnica que él mismo ha importado a la ciudad


Dicen que lo prometido es deuda. El INGESA prometió hace escasamente dos semanas que daría un nuevo paso de gigante en lo tocante al cuidado de pacientes urológicos. La Dirección Territorial del ente público se comprometió a implementar en suelo caballa una moderna técnica quirúrgica con la que hacer de los cálculos renales un problema casi menor e infinitamente más llevadero para quienes lo padecen.

Apenas quince días después de lanzar a los cuatro vientos tan halagüeña e ilusionante proclama, sus promotores pueden decir, orgullosos, que han logrado llevarla a la práctica con sumo éxito. El bendito culpable de que así haya sido es Vicente Diéguez, un afamado médico foráneo que acaba de traer a Ceuta el que, a buen seguro, se va a consumar como uno de los mayores avances asistenciales de la última década.

Hijo de un matrimonio de origen gallego, Diéguez nació y creció en el municipio venezolano de Villa de Cura. Tras cumplir la mayoría de edad, se mudó a Caracas, donde se inició en la medicina profesional allá por 2002. Medio lustro después de adentrarse en el mundillo, aquel joven e imberbe especialista se convirtió en jefe del Servicio de Urología del Hospital Doctor Domingo Luciani, "uno de los complejos más importantes de toda Venezuela".

Luego de diecisiete largos años atendiendo a compatriotas prácticamente a diario, Vicente se vio obligado a abandonar su país de origen casi a marchas forzadas por culpa de "la inseguridad" y "la cantidad de problemas" que el cargo llevaba aparejado. "Una vez, intentaron secuestrar a mis hijos", revelaba con cierta pesadumbre. "Mi esposa no aguantaba más la situación, por lo que decidimos emigrar a España", explicaba.

Las amenazas y la falta de protección en su tierra natal hicieron que el doctor terminase recalando en nuestra ciudad. Pese a llevar solo desde finales de 2020 afincado en ella, Vicente, futbolero confeso, se ha convertido en incondicional de la Agrupación Deportiva Ceuta, a cuyo fortín acude cada dos domingos para animar desde la grada a José Juan Romero y compañía. Su perfil de Instagram denota su simpatía por el conjunto caballa, al que espera seguir viendo competir en Primera RFEF la próxima campaña y todas las venideras (salvo que abandonar la categoría pase por ascender a la recién rebautizada Liga Hypermotion, claro está).

Vicente Diéguez, en el Murube durante un partido del Ceuta / Instagram
Vicente Diéguez, en el Murube durante un partido del Ceuta / Instagram

Un necesario lavado de cara

Nada más desembarcar en España, Diéguez se adhirió al 061. Seis meses después de su llegada, empezó a desempeñarse de nuevo como especialista. Desde entonces -y tras mucho dar la batalla-, el médico ha conseguido hacer del Servicio de Urología de nuestro Hospital Universitario uno mucho más efectivo y eficiente.

Según el propio facultativo, al momento empezar a trabajar en el clínico de Loma Colmenar, "las listas de espera quirúrgicas superaban los 550 días". A fecha de hoy, estas rebasan por muy poco los dos meses. Las intervenciones de quirófano, de hecho, han pasado de representar "un 5,7% del total" a "un 22,8", esto es, cuatro veces por encima de lo registrado durante el año posterior al estallido de la pandemia.

Vicente sostiene que, "en la actualidad, el servicio del HUCE con mayor capacidad de respuesta es el urológico". Los datos que maneja el INGESA así parecen constatarlo: "Más de una quinta parte de las operaciones que se realizan son de urología". La circunstancia ha servido para posicionar a la ciudad autónoma como una de las regiones más punteras dentro del sistema sanitario español en lo relativo, precisamente, a dicha especialidad.

Además de haber conseguido "modificar sustancialmente la imagen de Ceuta", los pacientes caballas que precisaban traslado a la península para ser intervenidos de ciertas dolencias (sobre todo, de índole oncológica) ya pueden tratarse aquí sin mayores problemas, ahorrándose, así, el duro trance que supone tener que cruzar el Estrecho en tan precarias condiciones de salud.

El salto de calidad encuentra buena parte de su razón de ser en la insistencia de Diéguez y sus compañeros de fatigas para con la Administración. Entre esos 'revolucionarios' se encuentran, además del mismo entrevistado, los doctores Maanan Abdelkader, Carlos Ramírez, Jesús Lopera y José Luis Saceda, actual jefe del Servicio. El esfuerzo conjunto de todos ellos dio como resultado la renovación de una aparatología que, en algunos casos, estaba algo desfasada. "Logramos conseguir que las empresas nos trajesen equipos nuevos; era imperioso hacerlo por el bienestar de los pacientes", sintetizaba Vicente, que, llegados a este punto, cree que las autoridades deben ir un paso más allá y "adquirir con prontitud un equipo de litotricia extracorpórea".

Vicente Diéguez, momentos antes de entrar a quirófano / Instagram
Vicente Diéguez, momentos antes de entrar a quirófano / Instagram

El rey mago de la cirugía

Cabe reseñar que no es la primera vez que Diéguez trae a Ceuta un procedimiento tan poco usual como el que hoy nos ocupa. Fue a finales del pasado mes de febrero cuando el galeno comenzó a experimentar con la denominada 'i-TIND', una técnica quirúrgica mínimamente invasiva ideada para "mejorar los trastornos obstructivos urinarios causados por la hiperplasia benigna de próstata".

La operación en cuestión consistía (y consiste) en la introducción de un dispositivo en la uretra prostática en un lapso de no más de cinco minutos. "Es un gran avance, ya que no requiere anestesia general, mantiene intacta la próstata y ayuda a conservar la función sexual de los pacientes", aseguraba Vicente, para desvelar: "En España, el hospital número uno en cirugía de 'i-TIND' es el nuestro".

En abril, el INGESA comunicó que ocho ceutíes habían sido sometidos a la referida intervención. Cuatro meses después de lo que fue un verdadero hito en lo sanitario, tres enfermos distintos a los de entonces han sido operados con éxito de cálculos renales por medio de la llamada "cirugía retrógrada intrarrenal".

El proceso no constituye, ni muchísimo menos, una novedad dentro del campo de la urología, mas sí en Ceuta, donde ha comenzado a aplicarse este mismo curso. Este 14 de agosto, de hecho, pasará a los anales de la historia de nuestra urbe como el día en el que se llevó a término por vez primera.

La práctica sirve para liquidar casi de un plumazo las piedras de riñón no superiores a los dos centímetros de diámetro. La eficacia de la técnica radica en la utilización del denominado "láser de fibra de tulio", una herramienta que redunda en el bienestar del paciente a todos los niveles. "Da mayor seguridad, mejor fragmentación y menor carga de energía", detallaba Diéguez.

El modus operandi es el que sigue: "Se introduce un diminuto tubo a través de la abertura del pene y se atraviesan la uretra, la vejiga y el uréter hasta llegar al riñón". "Una vez en él, se destruye la piedra utilizando el láser", definía Vicente. "Para poder llegar hasta el cálculo, es necesario que el cable sea flexible", matizaba.

Así descrita, la cosa parece fácil, pero nada más lejos de la realidad. El procedimiento es tan sumamente complejo que, actualmente, existen "muy pocas instituciones" que lo lleven a cabo en los mismos términos que los profesionales adscritos a nuestro sistema de salud. A pesar de las reticencias de algunos organismos, "los resultados son excelentes". "La piedra acaba completamente pulverizada", exponía el especialista.

Un grupo de sanitarios, durante una intervención quirúrgica / INGESA
Un grupo de sanitarios, durante una intervención quirúrgica / INGESA

De "urólogo de cabecera" a aclamado cirujano

Parece más que evidente, visto lo visto, que Vicente se ha convertido en toda una referencia dentro del inabarcable mundo de la medicina. El facultativo se siente plenamente realizado con lo que hace por sus pacientes tanto dentro como fuera del quirófano. Hubo un tiempo, sin embargo, en el que la realidad fue bien distinta.

Diéguez dice haber estado a punto de renunciar a su puesto en el Hospital en alguna que otra ocasión. "¿El motivo? Sentía que era urólogo de cabecera", resumía. "Me dedicaba exclusivamente a escuchar a los enfermos y a derivarlos a otros lugares de la península para que recibiesen el tratamiento que necesitaban", agregaba. Y es que, hay que recordar que, hasta hace bien poco, solo se acometían en el Hospital "cirugías de baja complejidad".

La inoperancia del servicio llegó a ser tal que el médico se cuestionó hasta su propia utilidad. "Me preguntaba a mí mismo: ¿qué hago aquí? Tenía la sensación de que estaba perdiendo el tiempo", confesaba.

Por fortuna para el grueso de la ciudadanía ceutí, Vicente decidió quedarse. Su vigor y la pasión con la que habla denotan que tomó la decisión acertada. Lo hizo, en esencia, porque la Gerencia del Hospital le prometió que actualizaría los equipos con los que trabaja a diario, cosa que ya ha empezado a hacer. "Vamos a convertir el Servicio de Urología de Ceuta en lo mejor de lo mejor", concluía.

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