Casi cualquier viernes por la noche en casi cualquier bar de cualquier ciudad alguien mira mal a alguien o le dice algo a alguien, que a veces lo malinterpreta o lo mal escucha porque la música está alta, el alcohol ha dormido los sentidos, también el común, y alguien acaba teniendo que separar a esos algunos que han llegado a forcejear sin llegar a pegarse. Y nunca en esos casos a alguien se le ocurre llamar a la Policía para que intervenga. Casi siempre la cosa suele acabar en cada alguien en su esquina o en otro bar con sus cercanos, un sofocón y poco más. Pero, quizás porque casi nunca esas cosas pasan de día (lo saben bien las abuelas y las madres) hoy la Policía, la Nacional y la Local han tenido que acudir a la calle Camoens a eso de la una de la tarde para intervenir, tomar datos, dar traslado y apaciguar ánimos, especialmente esto último, ante el conato de pelea o trifulca y una agresión que ha coprotagonizado la representación de VOX que había acudido a participar en los actos de homenaje al Teniente Ruiz por el 2 de mayo. Allí estaban metidos en una especie de refriega, 'peleílla', los diputados, Juan Sergio Redondo, Carlos Verdejo, Francisco Ruiz y la senadora Yolanda Merelo y la diputada en el Congreso, Teresa López, además de algunos asesores y parejas. Y si no fuera por su presencia lo sucedido no sería noticia. Y para ser justos, más que pelea lo que hubo fue un intento de agredir a uno de los asesores que grababa la escena. Al menos el móvil se llevó un tortazo.

Annuar, vecino del Príncipe y, según publican algunos medios, con antecedentes policiales y declarado libre por yihadismo, ha proferido insultos: “¡Como salga el niño en el vídeo te mato, hijo de puta!”, le ha gritado a David Castellanos (asesor de VOX) que había recorrido unos 20 metros Camoens abajo con el teléfono móvil grabando toda la escena de enconamiento verbal. El grito, que se puede escuchar en el vídeo ha llegado tras tirarse contra él, pegarle un manotazo al dispositivo y ser arrancado de esa actitud violenta por Ruiz (policía nacional de profesión y curtido en estas lides). La agresión había existido y también se puede ver el final de la misma en el vídeo. Castellanos se ha ido después a la Clínica Septem a por un parte de lesiones. Y Ruiz que ha mediado para que la cosa no llegar a mayores, ha manifestado a Redondo preocupado por su integridad física: "Me ha dado en el pecho, me molesta un poco pero estoy bien". El propio Redondo ha asentido después que "todos estaban bien".

Antes de llegar a eso, Annuar y los propios miembros de VOX habían cruzado palabras altisonantes y parecía que la cosa se iba a quedar ahí, entre otras porque Annuar tenía un amigo que le conminaba a calmarse y largarse. Lo más lógico en estos casos. La delegación de VOX iba en dirección a la plaza de los Reyes hasta que se ha cruzado con la familia de Annuar y la cosa ha empezado a tensarse, ahí no han dudado en dar media vuelta y recorrer un trozo de calle de nuevo en dirección hacia abajo, a la plaza del Teniente Ruiz.

Después Annuar y otros testigos relataban que en realidad -es su versión de parte- el diputado Ruiz, ‘Pachi’, sin mediar razón alguna “le ha dicho perra a mi mujer. Tengo testigos”. Una mujer que supuestamente ha presenciado los hechos contaba que no sólo le había insultado, también la había empujado al cruzarse con ella, como apartándola, se deducía de su relato. La mujer iba con el niño en el carrito. La familia venía del médico. “¿No tengo yo derecho a pasear tranquilo por el centro?”, se preguntaba Annuar ya más calmado, pero no del todo, ante un policía local y un nacional.

Verdejo, tras la primera publicación de esta noticia, ha tenido a bien explicar su versión. En realidad todo comenzó con él. "Íbamos por la calle Camoens, yo con mi pareja delante y el resto detrás. Se ha cruzado conmigo (Annuar) y me ha insultado, 'perro'. Yo me he girado y le he mirado fijamente. Como ha visto que le sostenía la mirada ya se ha venido para mí y se me ha encarado diciéndome de todo: que me va a matar, que me va a follar, hijo de puta... Yo lo único que le he dicho es 'vete, vete'. Sergio ha venido a quitármelo de encima y luego ya Pachi lo ha echado para abajo. David Castellanos lo ha estado grabando, por precaución y por si luego poníamos una denuncia y ahí es cuando se ha vuelto loco y le ha agredido a él y se ha puesto a amenazarnos, incluso delante de la policía, con 'perseguirnos a todos, a nuestras familias y a nuestras mujeres", ha relatado Verdejo.

El de VOX además no ha podido evitar mostrar su hartazgo por estas cosas. "Estoy harto de estas cosas. La de hoy es una de tantas, pero he tenido la suerte, o no lo sé, de que hoy no estaba solo. Pero ¿yo por qué tengo que aguantar estas cosas? Así llevo 4 años".

Los agentes han sido requeridos en la zona por los propios miembros de VOX, que desde el primer momento han dejado claro, antes incluso del conato de pelea, que iban a denunciar a Annuar.

Si fue primero el “perra” a la mujer o el "perro" a Verdejo o cómo comenzó esta bronca lo sabrán los implicados, porque la versión de VOX niega provocación alguna por su parte y deja toda la iniciativa en el mal rollo a Annuar y al revés la de Annuar habla de insulto gratuito de Pachi.

La Policía Nacional ha hecho su trabajo, el agente de la Local también, calmando los ánimos, encendidos. No sólo en los implicados. Varias personas que pasaban no han dudado en cruzar palabras poco agradables con los de VOX. “Esto lo hacéis por el color de piel, racistas”, le ha dicho un señor que pasaba a los de VOX.

Otro señor, al parecer con antecedentes en insultar a compañeras periodistas durante la visita de Pablo Casado a Ceuta, no ha dudado en encararse e insultar al que escribe, por el mero hecho de estar tratando de recoger la escena con un teléfono móvil. “¿Quién eres tú para grabar, ¡mierda!”, ha proferido con los brazos extendidos a escasos centímetros del rostro.

La cosa se ha ido alargando porque los agentes han procedido a tomar declaración a los implicados sobre lo sucedido. Para rematar todo, varios miembros de la candidatura socialista que estaban preparando el acto de la tarde de este martes con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el interior del hotel Oh Nice! Ulises, han salido a la calle al escuchar el follón. Y ni cortos ni perezosos han decidido mediar entre Annuar y la Policía Nacional. La vicepresidenta de la Asamblea y abogada de formación, Cristina Pérez, ha reclamado a los agentes que cuenten con la misma validez la declaración de Annuar que la de Pachi y les ha recordado que en este caso concreto ambos son ciudadanos y ninguno tiene más veracidad por ser policía nacional.

Más allá de los insultos (que alguno hubo también por parte de VOX) lo que sí parece cierto es que fueron los miembros de la delegación de VOX los únicos a los que se intentó agredir. Condenable sin matices, hubiera mediado o no provocación previa.

Aunque si esto acaba en el juzgado con denuncias cruzadas, que tiene pinta, habrá que darle la razón a Annuar cuando le ha explicado a los agentes ya calmado que él vive muy tranquilo en el Príncipe, con sus animales, “que son mejor que las personas” y sus calabacines. Claro que no es lo mismo que te digan eres más noble que un San Bernardo a que te llamen a la mujer de uno perra en tu cara. Y habrá que reflexionar si la Justicia, los tribunales y todo el sistema judicial está para esto. Lo que es seguro que en este caso ninguno de los implicados, a diferencia de lo que sucede en casi cualquier bar de casi cualquier ciudad casi cualquier viernes por la noche, podrá alegar enajenación alcohólica para minimizar una posible condena. Si hubo enajenación en alguna de las partes fue sin apellido.

Y luego está lo que haga VOX con todo esto en plena campaña electoral. Opciones hay. Pueden victimizarse, señalar una vez más al colectivo musulmán por incívico elevando el caso a generalización, denunciar a Annuar, tratar de contactar con él para intentar hacer las paces y ofrecer un ejemplo de convivencia mediante la reconciliación sin llegar a obligar a un juez a dictar sentencia -ojo que si los calabacines le crecen bien igual vale la pena- o, menos probable aún, ofrecer disculpas públicas por la bochornosa imagen ofrecida por representantes públicos, tengan mucha, poca o ninguna culpa, el refranero: dos no pelean si uno no quiere.