Obimasa vuelve a la playa por sexta vez para que los mayores aprendan de los pequeños

Obimasa vuelve a la playa por sexta vez para que los mayores aprendan de los pequeños
Playa y aprendizaje se unen en esta iniciativa

-La Consejería de Medio Ambiente, Servicios Comunitarios y Barriadas vuelve a ofrecer la oportunidad de que los niños eduquen a sus mayores

-Los niños de entre 6 y 12 años participan en el proyecto “Ven y recicla con nosotros” de Obimasa en las playas de la Ribera y El Chorrillo


Como una tradición oral, los padres les cuentan a sus hijos en Ceuta como en el resto del mundo, los placeres memorizados de adolescencia e infancia, cuando el medio era casi salvaje, las aguas límpidas y cristalinas y la vida del hombre más salvaje. Antes el hoy papá, le escuchó lo mismo al hoy abuelo. Los peces se pescaban con las manos, y puestos al fuego sabían a mar. Los tomates eran tomates y las costas… ¡una delicia! Los nietos e hijos no lo saben aún en muchos casos, pero quieren poder seguir contando a sus hijos el día de mañana que el medio ambiente existe, que las aguas siguen limpias y que todo es placentero igual hoy que ayer y romper con la tradición oral. Para eso va a hacer falta mucho reciclaje y más respeto al medio ambiente. A eso ayudan iniciativas como la puesta en marcha por Obimasa desde hace seis veranos.

Los adultos pueden acudir tranquilamente con sus hijos a la playa de la Ribera o El Chorrillo a partir de este martes sin preocuparse demasiado. Obimasa se asienta en ambas playas de manera simultánea con el motivo del proyecto “Ven y recicla con nosotros”. Con él tratan de concienciar a los menores del reciclaje y el mantenimiento de las playas en valoración del medio ambiente. Por encima de todo predominan las artes plásticas y la diversión y vigilancia de los más pequeños. Pero de rebote, aprenden también los padres.

Es la sexta vez consecutiva que la Consejería de Medio Ambiente, Servicios Comunitarios y Barriadas encarga a la empresa Obimasa la implantación de talleres en las playas del centro de la ciudad, las más pobladas. El objetivo principal es concienciar a la sociedad caballa de la importancia del medio ambiente y su aplicación en dicho entorno, en especial a los menores de edad. De esta forma, aseguran uno de los requisitos para la concesión de la Bandera Azul, con la que se ha galardonado desde el 2004 para El Chorrillo y desde el 2005 para la Ribera, cedida por la Fundación para la Educación Ambiental (FEE).

¿Y qué efectos ha podido tener este proyecto desde el 2009 que se implantó? “El efecto es que cada año los niños nos esperan”, asegura Meriem Mohamed, una de las empleadas de la empresa que este martes ejercía de monitora con algo más de una decena de niños en la Ribera, en la pérgola situada junto al Club Caballa, muy atrayente para captar público. “Ya nos ven y saben lo que vamos a hacer”, insiste África Vega, otra de las trabajadoras allí presentes.

Los niños menores de seis años dibujan una careta divertida en una mesa apartada de las demás. Si ya les cuesta a los que son más mayores, éstos otros parecen demasiado pequeños como para entender si quiera lo que es el medio ambiente y ni mucho menos la contaminación. Aunque una de los más pequeños, que no llegará a los cuatro años, parece ser la que más disfruta con tan solo un trozo de papel mal colorado. Al fondo de esa mesa tienen los folletos informativos que son repartidos a los adultos que comparten lugar con los cuentos de la serie ‘Conocer para Conservar’.

El resto de niños, que llegan a alcanzar hasta los 14 años, se sitúa en otra mesa y elabora el primer taller, que consiste en hacer un portalápices con la base de un cartón recortado de leche y otra pequeña careta de papel y cartulina. La idea es hacerles ver que con materiales que pasarán a ser residuos orgánicos se pueden convertir en objetos prácticos para su uso cotidiano y, así valorar la importancia del reciclaje. Como éste, se realizan otros talleres similares, como ‘El Rincón del Reciclaje’ donde se intenta enseñar esta labor.

“Se intenta hacerles a los niños estos días más dinámicos y que se inculquen los valores que Obimasa propaga sobre todo en cuanto al mantenimiento de las playas”, afirma José Miguel Jiménez para dejar claro los objetivos del proyecto. Mientras, los monitores pueden aprovechar también para cotillear y hacer que los más tímidos socialicen un poco.

Meriem Mohamed asegura que cada año van teniendo más niños, llegando a reunir unos 60 ó 70 el pasado año. “La mayoría de los niños vienen solos, excepto los más pequeños”, mantiene.

Saben que los más jóvenes son los que más se despreocupan de la conservación limpia de las playas y más ensucian. A pesar de ello, el objetivo final es que todo llegue a buen puerto y que los adultos realmente se conciencien a través de lo que han absorbido sus hijos. Uno de los trabajadores de la entidad reconoce que, precisamente, son los adultos los que apenas se interesan en el tema, y, que la gran mayoría tira los folletos poco después de recibirlos. Por ello es por lo que hacen encuestas, para llegar a obtener conclusiones más precisas de cuál es su pensamiento y cómo actúan al respecto.

Para intentar remediar ese desinterés, también establecen un punto de información y concienciación para los padres y todo aquel que se apunte para tratar sobre los RAEE (Residuos de Aparatos eléctricos y electrónicos) y RPA (Residuos de pilas y acumuladores), así como los efectos de las colillas en el entorno, las medusas o la relevancia del uso de la protección solar.

“Nosotros trabajamos todo el año con niños desde los cuatro años hasta cuarto de la ESO y se nota que están más concienciados”, declara la coordinadora de Obimasa, Ana Vallejo. Desde el primer trimestre los miembros de la empresa se acercan a los colegios para explicarles el problema del medio ambiente a los estudiantes. Después, son los propios colegios los que llevan de excursión a sus alumnos al centro. La filosofía es que llegando a los menores, se podrá llegar a los adultos, pues independientemente de que se base también en un ámbito educativo y éstos sean la generación del mañana, “un adulto es mucho más difícil de concienciar y de cambiar su mentalidad”, analiza la coordinadora.

Otros de los proyectos que lleva a cabo Obimasa para combatir la problemática abarcan temáticas como la deforestación, la repoblación o la transformación de alimentos. Aunque algunos de sus miembros coinciden en que hace falta un largo camino que recorrer, para que la sociedad sea realmente consciente del asunto, y realizar muchos más proyectos. Toda esa responsabilidad recae en la Consejería de Medio Ambiente, Servicios Comunitarios y Barriada. Únicamente es ésta la que les permite emprender su trabajo y quien decide en última instancia lo que se ha de hacer.

Obimasa vuelve a la playa por sexta vez para que los mayores aprendan de los pequeños


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad