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Curro Díaz, herido grave

La peor parte de un festejo plúmbeo, pesado y soporífero por culpa de los toros y los toreros se la llevó el diestro Curro Díaz, que resultó feamente prendido por la pantorrilla de la pierna derecha cuando muleteaba con la mano izquierda al quinto de la tarde. Eran los compases finales de la faena; el animal, de corto viaje y de cierta bronquedad en su embestida, se revolvió con rapidez y sorprendió al torero enganchándolo con un derrote seco que hizo carne. La hemorragia brotó de inmediato y Curro fue trasladado con celeridad a la enfermería, mientras Juan Mora se limitaba a montar la espada y mandar al desolladero a un toro manso y con genio con el que Curro Díaz estuvo voluntarioso. Insistió por el lado izquierdo y los pases fueron surgiendo sin gracia ni hondura porque el torero citó siempre fuera de cacho y al hilo del pitón. La verdad es que hoy no se cruza casi nadie en la cara del toro, y los muletazos resultan insustanciales y vulgares. Curro es torero fino y elegante, pero cuando las cosas no se hacen bien, lo único que destaca es el aburrimiento. En ello estaba cuando llegó la cogida y lo trastocó todo.

«Torearé con Cayetano porque está en la élite, no porque nos lleve Curro Vázquez»

En su tierra sevillana, bajo el sol o el diluvio, Morante de la Puebla piensa en capote, como el escultor en mármol. Junto a su fisioterapeuta y preparador personal, Poli Gallardo, se entrena en plenitud: «Está físicamente al cien por cien». En estos meses de «retiro», entre el feroz ronquido que ataca a la Fiesta, el artista de La Puebla del Río crea en sus faenas el sueño. Y ha hecho realidad lo que se antojaba impensable: una relación de apoderamiento con el maestro Curro Vázquez, el mentor de Cayetano, después de la polémica por la concesión de la Medalla de Bellas Artes a Francisco River...
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