Opinión
Aunque Gardel cantase aquello de ‘veinte años no es nada’, diez años dan para mucho, y en política más. De aquel Vivas cercano, que saludaba a propios y extraños, que recibía a cualquiera que lo pidiese en su despacho oficial, se ha pasado a un Vivas más distante, mucho más distante. Los que lo conocían en su etapa anterior a la política, siempre se asombraron de su faceta, llamémosla ‘saludativa’, de una persona más bien tímida. Gran parte de culpa de la ‘creación’ de aquella figura pública fue, sin lugar a dudas, de Manolo Coronado, su primer Jefe de Gabinete. Coronado tuvo claro como hacer que Vivas llegase a la ciudadanía. Cabe recordar que era un total desconocido para gran parte de los ceutíes, con una irrupción sorprendente en política a finales de los 90, de mano de Jesús Fortes.