frigorífico

Un frigorífico de animales guarda su cadáver

Tirado sobre una manta. Desnudo de cintura para arriba. Despojado de sus túnicas extravagantes y con el pecho ensangrentado, Muamar Gadafi se despidió de los suyos en el mercado central de Misrata. Cuatro décadas en el poder, mansiones y millones derrochados no sirvieron para distinguir al dictador de los miles de caídos en la revuelta en el momento de su muerte. Su mirada altiva, caída para siempre. Sus palabras amenazantes, mudas frente a los insultos que le profieren los civiles que durante todo el día han hecho cola a las puertas de este lugar para ver su cuerpo. No vienen en señal de duel...
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